La lamivudina, un fármaco usado desde hace años contra el VIH, el virus que causa el sida, y que forma parte de la familia de los inhibidos de la transcriptasa inversa del VIH, ha demostrados reducir la inflamación relacionada con la edad y otros signos de envejecimiento en ratones, como por ejemplo los de la enfermedad de Alzhéimer.
La lamivudina actúa deteniendo la actividad de las secuencias de ADN capaces de replicarse y moverse a otros lugares, que recibe el nombre de retrotranspoaón, en células más viejas. Los retrotransposones forman una fracción sustancial del genoma humano y están relacionados con los retrovirus antiguos que, cuando no se controlan, producen copias de ADN de sí mismos. Las células han desarrollado formas de mantener a estos genes en secreto, pero según las células van envejeciendo, los retrotransposones pueden escapar de dicho control.
Los investigadores han identificado que una clase importante de retrotransposones, llamada L1, es capaz de evadir el control celular y de replicarse en las células humanas senescentes y en ratones viejos. Los expertos hallaron que un componente clave de este proceso es el interferir, el mecanismo potencial a través del cual estos genes pueden causar inflamación celular sin causar obligatoriamente daño al genoma.
Los expertos esperan iniciar ensayos clínicos en humanos con lamivudina para tratar distintas patologías que tienen que ver con la edad, como fragilidad, enfermedad de Alzheimer y artritis.
FUENTE: VIH
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