La decodificación del genoma del tiburón blanco ha revelado no solo su enorme tamaño (una vez y media el tamaño del genoma humano), sino también una gran cantidad de cambios genéticos que pueden estar detrás de su éxito evolutivo. En concreto, una sorprendente adaptación molecular (también conocida como selección positiva) en numerosos genes con funciones importantes en el mantenimiento de la estabilidad del genoma, es decir, los mecanismos de defensa genética que contrarrestan la acumulación de daño al ADN de una especie. Estos cambios de secuencia adaptativa se encontraron en genes íntimamente relacionados con la reparación, la respuesta al daño y la tolerancia al daño del ADN, entre otros. El fenómeno opuesto, la inestabilidad del genoma, que resulta del daño acumulado en el ADN, es bien conocido por predisponer a los humanos a numerosos cánceres y enfermedades relacionadas con la edad.
También fue notable que el genoma del tiburón blanco contenía un número muy alto de «genes saltarines» o transposones, y en este caso un tipo específico, conocido como LINE, en una de las proporciones más altas (casi el 30%) descubiertas en vertebrados hasta ahora. Estos genes pueden representar un agente selectivo fuerte para la evolución de mecanismos eficientes de reparación del ADN. . Según los investigadores, se trata de un descubrimiento significativo, ya que, en teoría, el riesgo de desarrollar cáncer debería aumentar tanto con el número de células (cuerpos grandes) como con la vida útil de un organismo. Sin embargo, al contrario de lo que se espera, los animales de cuerpo muy grande no padecen cáncer con más frecuencia que los humanos, lo que sugiere que han desarrollado capacidades superiores de protección contra la enfermedad. Las innovaciones genéticas descubiertas en los genes de estabilidad del genoma en el tiburón blanco y el ballena podrían ser adaptaciones que faciliten la evolución de sus grandes cuerpos y su larga vida útil.
Curación de heridas
Los genomas revelaron otras intrigantes adaptaciones evolutivas que permiten a los tiburones cicatrizar antes y curar rápida y eficazmente sus heridas, incluso las más grandes, algo por lo que son bien conocidos.Los investigadores acaban de explorar la «punta del iceberg».. La decodificación del genoma del tiburón blanco también ayudará a la conservación de esta especie magnífica y de otras relacionadas, muchas de las cuales tienen poblaciones en rápido declive debido a la sobrepesca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario