Los ingenieros están desarrollando sistemas robóticos para ayudar a los médicos a realizar operaciones en partes del cuerpo poco accesibles minimizando las incisiones. La increíble flexibilidad de los tentáculos del pulpo ha inspirado una de las novedades en este campo.
El pulpo es capaz de agarrar, sujetar y apretar objetos gracias a que sus ocho brazos son flexibles y pueden alargarse, incluso en espacios muy pequeños. Este animal no solo puede doblarlos en cualquier dirección, sino que también puede endurecer diferentes partes de sus tentáculos si le hace falta.
Los investigadores piensan que un brazo robótico así de blando y flexible sería de inmenso valor para la cirugía mínimamente invasiva. Este tipo de equipamiento evitaría que los pacientes tuvieran que someterse a intervenciones más complicadas.
Actualmente ya se está probando en simulaciones de procedimientos quirúrgicos un brazo robótico con esas características. El brazo, que mide 135 milímetros (5 pulgadas), tiene una parte que es capaz de levantar y sujetar órganos internos blandos sin dañarlos, mientras otra realiza la operación en sí. El doctor Tommaso Ranzani, miembro del equipo que ha desarrollado este sistema, dice: “Creemos que este dispositivo será el punto de partida de versiones mejoradas con funciones más avanzadas”.
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