El espectro de luz solar está siendo alterado debido al cambio climático
El fitoplancton marino, que es la base de los océanos, está sufriendo el impacto del cambio climático, cosa que está alterando su composición y distribución. Estos organismos usan la clorofila para sintetizar la energía solar, dando al agua sus tonos verdosos.
Un estudio ha hecho un modelo de cómo será el color de los océanos a lo largo del siglo según le vaya al fitoplancton. Con este calentamiento, los mares seguirán siendo azulados o verdosos, pero con tonos que no se dan ahora. Pero esto no se queda aquí, sino que implica una oleada de cambios y consecuencias para la vida marina en general.
El mar es azul porque el agua absorbe casi todo el espectro de luz exceptuando la luz azul, pero el agua de los océanos también contiene microorganismos, plantas u otros tipos de materia que le dan su color al agua, añadiendo los tonos verdosos o turquesas. Desde hace décadas se han usado las observaciones de los satélites para deducir la presencia de clorofila y de biodiversidad marina.
Los satélites deducen la concentración de clorofila y de fitoplancton gracias al color del mar
El grupo de investigadoras antes mencionado han elaborado un modelo para estudiar cómo afecta el cambio climático al fitoplancton y al color del mar. La mayor parte del calentamiento global lo están absorbiendo los océanos. Se calcula que si no hacemos nada con las emisiones de CO2, la temperatura de la superficie marina aumentará 3º C para finales de siglo, lo cual tendría ciertos impactos en la base vida oceánica, el fitoplancton, impactos que ya se están produciendo.
"Los cambios inducidos por el calentamiento global están provocando que lleguen menos nutrientes a la capa superficial de los océanos, por lo que lo más probable es que el fitoplancton disminuya en muchas partes del océano."
Con el calentamiento global la circulación de las aguas oceánicas se está ralentizando, reduciendo la mezcla de aguas profundas y superficiales y con ello la aportación de macronutrientes. Las temperaturas también influyen en cómo de rápido crece el fitoplancton. Algunas especies adaptadas al agua caliente crecen más rápido que otras adaptadas a aguas más frías, por lo que en aguas más calientes aumentaría la cantidad de fitoplancton, produciendo cambios regionales en la composición, cantidad y distribución de las comunidades de microorganismos que colorean el agua.
Según los resultados de estudio, publicados en Nature Communications, una gran parte del océano ya está cambiando de color, y, que para el 2100, más de la mitad de la superficie marina podría tener otro color. Los cambios serían muy sutiles y probablemente el ojo humano no podrá verlos, pero los sensores ópticos sí.
"El mar seguirá siendo azul, en algunas regiones, grandes zonas al norte y sur del ecuador serán posiblemente incluso más azules."
Jefferson Keith Moore, biólogo marino en la Universidad de California, publicó un estudio el año pasado en la revista Science sobre los efectos del cambio climático en el fitoplancton y las consecuencias globales de su reducción. Este estudio explica que el fitoplancton necesita, además de la luz solar, nutrientes como nitrógeno o fósforo. Si la circulación oceánica se frena por el calentamiento global, estos nutrientes no llegarán al fitoplancton, y, para el año 2300, habrá menos zooplancton (animales microscópicos) de los que se alimentan los peces pequeños, lo que reduciría sus poblaciones, dificultando la supervivencia a sus depredadores como los delfines, tiburones o el ser humano, y todo ha empezado por un cambio en el tono de azul del mar.
Fuente: El País.
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