Científicos han demostrado que las constricciones del tracto reproductivo «expulsan» a los gametos más lentos.
El cuerpo de la mujer es un infierno para los millones de espermatozoides que se atreven a nadar en su interior. No es solo por el baño ácido en el que han de desenvolverse, ni por el ataque del sistema inmune femenino. Según acaba de demostrar una investigación publicada en Science Advances, además de eso, el tracto reproductivo femenino parece estar específicamente diseñado para que los espermatozoides menos eficaces jamás alcancen su blanco. Gracias a modelos de ordenador y simulaciones en laboratorio, han demostrado que los estrechamientos del tracto reproductivo, a los que han llamado constricciones, son auténticas barreras que solo dejan pasar a los espermatozoides más rápidos.
"El efecto de conjunto de estas constricciones es evitar que los espermatozoides débiles logre pasar y, por tanto, seleccionar a aquellos con la máxima movilidad", ha explicado en The Guardian Alireza Abbaspourrad, directora de la investigación e investigadora en la Universidad de Cornell, en Nueva York.
Todavía no hay evidencias que permitan asegurar que los espermatozoides más rápidos reportarán alguna ventaja genética a los descendientes, en comparación con los más lentos. Pero ahora queda claro que el tracto reproductivo es totalmente más severo con los menos hábiles.
Los investigadores quisieron averiguar más sobre este proceso selectivo,en este caso los quisieron prestarle atención a los estrechamientos y recodos que estas células se encuentran a su paso. Uno de los puntos más conflictivos se encuentra en la apertura del útero a las trompas de Falopio, donde los pequeños espermatozoides tienen que nadar en un fluido que viaja en dirección contraria.
Esto se debe a quelas dimensiones del recorrido al óvulo no son iguales en la anatomía del sistema reproductivo de los mamíferos, en algunos puntos es extremadamente estrecho, dejando paso a solo unos pocos espermatozoides.
Además, observaron que cuando los espermatozoides se acercan a los estrechamientos, se agrupan en un conjunto que tiene forma de mariposa. Allí, los más rápidos se colocan al frente. En un principio rebotan contra las paredes de las constricciones, pero luego llegan a los puntos donde la velocidad del flujo no es tan alta y, por tanto, acaban pasando al otro lado.
Finalmente, son capaces de llegar al óvulo antes que los demás.
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