El de Itzal es uno de los 45 casos que han pasado por el proyecto Comik (Medicina Ómica en Niños) La idea es encontrar, a través de la secuenciación genómica de los tumores, la firma genética de las neoplasias, todo su libro de instrucciones para detectar posibles anomalías en sus genes y buscar tratamientos dirigidos de forma específica para cada tumor.
El cáncer infantil afecta a uno de cada 7.000 menores de 15 años. El 80% de los casos se curan.
Desde que se puso en marcha el proyecto en 2016 , ya han pasado por el proyecto unos 45 niños. El 35% se ha beneficiado de tratamientos personalizados gracias a la información que reveló el análisis genómico de sus tumores. “Tuvimos una niña de unos seis años con un neuroblastoma metastásico. Estos pacientes, a día de hoy, tienen una supervivencia muy baja. Hicimos una quimio muy larga y agresiva y no hubo respuesta. El tumor fue refractario a todos los tratamientos. Hicimos el programa de secuenciación y encontramos una alteración molecular que le hacía sensible a un tratamiento dirigido con el que lleva más de dos años. La enfermedad está estable desde hace dos años y ella está asintomática”, relata Hladun.
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