jueves, 2 de mayo de 2019

Una expedición descubre 200.000 virus en el océano, 10 veces más de lo estimado

Los científicos creen que los virus oceánicos pueden ser útiles para comprender el cambio climático pues probablemente impulsan la 'bomba de carbono' que mitiga el impacto del hombre.

Tara es una embarcación capitaneada por un consorcio internacional de científicos que recorre los océanos para tomar muestras del mar y servir de testigo ambiental.

La última expedición, de 2009 a 2013, ha recogido 200.000 virus distintos, una colección sin precedentes de microorganismos que ofrecen una perspectiva nueva sobre la estructura de los ecosistemas marinos.

"Nos sorprendió ver tantos virus", ha afirmado Matthew Sullivan, microbiólogo de la Universidad Estatal de Ohio, quien ha dirigido este estudio. "Las expediciones Tara Océanos y Tara Círculo Polar involucraron a cientos de investigadores para proporcionar este asombroso archivo y mejorar nuestra comprensión de los virus en los océanos", ha explicado Sullivan.

El proyecto ha recorrido, de polo a polo, todos los océanos de nuestro planeta y ha prestado una atención especial al Ártico, una región muy sensible al calentamiento global. Los investigadores han tomado muestras de agua a diferentes profundidades, las han filtrado y las han enviado a 12 laboratorios repartidos por todo el mundo para ser analizadas.

Los resultados del equipo de Sullivan ofrecen cifras asombrosas. Han encontrado 195,728 virus distintos. Hasta ahora sólo se habían identificado 15.000 virus marinos diferentes, por lo que el catálogo ha aumentado un 92%, con 180,448 nuevas poblaciones virales. La explicación de por qué han encontrado tal variedad, está en el método que han empleado y en la propia definición de especie que se aplica a los virus.

Sullivan y sus colaboradores han tenido que revisar toda la metodología existente de análisis genético a nivel computacional para volcar sus muestras en el sistema y obtener un resultado de identidad única para poder identificar cada población. También se han enfrentado al reto de aportar muchos más datos de los que ya se conocían y a anotar miles de secuencias genéticas muy cortas y con genes de función desconocida. Esta mejora del método es la que ha permitido obtener un número tan alto de virus desconocidos hasta ahora.

Sin embargo, sólo han podido aplicar estas técnicas a los virus formados por ADN. De su análisis han excluido los virus que disponen de ARN. Este tipo de virus forma parte del 50% del total de las partículas virales del agua del mar, por lo que la mitad de los virus de los océanos está aún por investigar

Una vez clasificadas las 200.000 poblaciones distintas, los investigadores han descrito su mapa de distribución y han observado que, a pesar de la continuidad de los océanos, los virus se organizan en cinco zonas ecológicas diferentes en función de la temperatura y de la profundidad: Ártica, Antártica, epipelágica tropical y templada (desde la superficie a los 150 metros de profundidad), mesopelágica (entre 150 y 1.000 metros) y batipelágica (a más de 2.000 metros de profundidad).

La gran sorpresa, no obstante, la han encontrado en el Ártico. Allí la biodiversidad es mayor a la del resto de los océanos, siendo algo fuera de lo normal. "Nuestro estudio ayudará a guiar las investigaciones durante una década. Establece una hoja de ruta donde la diversidad viral está en su apogeo y encuentra que este punto está en la región del mundo que cambia más rápidamente debido al cambio climático: el Ártico", ha señalado Sullivan.

Las implicaciones de este hallazgo son serias. La mitad del oxígeno que respiramos lo generan los organismos marinos. Pero, también la mitad del CO2 de la atmósfera la absorben los océanos. Este gas puede convertirse en carbono orgánico y biomasa, que se hunde en el mar ayudado por los virus. En la bioquímica del planeta, parece que los virus oceánicos tienen un gran papel y pueden ser útiles para comprender el calentamiento global.

"Estamos descubriendo que los virus probablemente impulsan esta 'bomba de carbono' oceánica que mitiga la debacle climática causada por el hombre. Necesitamos entender los virus para no provocar un cortocircuito en ella e incluso aprovecharlos en nuestra búsqueda de soluciones que ayuden a sobrevivir al cambio climático", ha destacado Sullivan.

Fuente: El Mundo.

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