La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un conjunto de afecciones hepáticas con distinto grado de severidad que se caracterizan por la acumulación de grasa en las células del hígado y que no son causadas por un consumo elevado de alcohol. Uno de los cuadros clínicos más graves de hígado graso es la esteatohepatitis no alcohólica (NASH), una patología que cursa con acumulación de grasa e inflamación.
La proteína mitofusina 2 podría actuar como factor de protección frente a la enfermedad del hígado graso no alcohólico una patología que afecta a cerca del 25 % de la población mundial
En el nuevo trabajo, el equipo científico ha constatado una mejora significativa de los niveles de mitofusina 2 en ratones afectados por NASH mediante un protocolo experimental basado en el uso de adenovirus (virus modificados para expresar algunas proteínas).
Tal como explica la investigadora del IRB María Isabel Hernández-Álvarez, primera autora del estudio, «ahora se están estudiando diferentes vías que permitan aumentar los niveles de mitofusina 2 sin generar efectos secundarios, y que podrían ser relevantes en el tratamiento del hígado graso no alcohólico».
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