El siguiente paso de los investigadores fue analizar qué ocurre con la inactivación de los linfocitos T en el contexto del lupus eritematoso. En primer lugar, el equipo analizó los linfocitos T en un modelo en ratón de la enfermedad, en el que observaron que aunque inicialmente la distribución de Xist en las células es similar en controles y ratones con la enfermedad, en los estados más avanzados de lupus, el patrón de localización de Xist se muestra alterado en estas células. Este mismo resultado fue obtenido al evaluar la inactivación del cromosoma X en linfocitos de pacientes pediátricos con lupus eritematoso. "Y quizás esto también está contribuyendo al silenciamiento relajado del cromosoma X inactivo y los cambios en expresión génica que vemos".
Los resultados del trabajo mejoran la comprensión sobre cómo se inactiva el cromosoma X durante la maduración de los linfocitos T y relacionan por primera vez este proceso con una enfermedad autoinmune. Los investigadores responsables del trabajo indican que estudios futuros determinarán si la alteración de los complejos proteicos que interaccionan con Xist aumentan la predisposición al lupus u otras enfermedades autoinmunes o si es la alteración de la localización de Xist la que inicia los cambios de expresión que llevan a que la enfermedad empeore. Contestar a estas preguntas podría contribuir a desarrollar terapias para el lupus y otras enfermedades. " Si se puede conseguir que el ARN Xist aparezca como debería, entonces quizás se pueda arreglar la expresión génica asociada al cromosoma X alterada", destaca Anguera, quien señala que un área interesante de estudio es investigar el papel de las proteínas de unión al ARN Xist que contribuyen a inmovilizarlo junto al cromosoma X y mantenerlo en su lugar.
( Cariotipo de una mujer, Para compensar la dosis de los genes localizados en el cromosoma X entre ambos sexos biológicos cada célula femenina inactiva aleatoriamente uno de sus cromosomas X. )
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