viernes, 10 de mayo de 2019

LINFOCITOS T VS LINFOCITOS B

Nuestro sistema inmunológico está conformado por una gran variedad de células que se encargan de defendernos contra aquellas sustancias extrañas que amenazan con perjudicar nuestra salud, como es el caso de los gérmenes, las bacterias y los virus. Una vez que nuestro cuerpo detecta la presencia de alguna de ellas, distintos tipos de células salen en su defensa, mediante lo que conocemos como respuesta inmune, y entre ellas tenemos a los linfocitos T y los linfocitos B.

Los linfocitos T y B son células de la sangre que se producen en la médula ósea y que se encargan de proteger a nuestro cuerpo de los agentes patógenos que pueden afectarle, por lo que se incluyen en el grupo de los llamados leucocitos o glóbulos blancos.

Los linfocitos T son los encargados de controlar la respuesta inmune celular, conformando el 70% del volumen total de linfocitos derivados de las proteínas o citosinas. También se encargan de colaborar en la generación de las respuestas inmunes, como es el caso de la fabricación de anticuerpos por los linfocitos B.

Por otra parte, los linfocitos B son los responsables de llevar a cabo la inmunidad mediante la fabricación de anticuerpos, una vez que se exponen a los antígenos o agentes patógenos que desencadenan la respuesta inmune. Este tipo de células constituyen entre el 5 y el 15% del volumen de linfocitos en la sangre.

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