martes, 20 de noviembre de 2018

Una solución sencilla al problema de falta de sueño de los adolescentes.

Un sueño saludable es la base de un cerebro saludable. Este es el mensaje que lanzan los neurocientíficos. Padres, médicos y educadores siguen esforzándose por descubrir qué hacer para mejorar el sueño.A pesar de ello, según cálculos recientes, parece que alrededor de la mitad de los adolescentes de Estados Unidos sufren de falta de sueño. Estas cifras son alarmantes, ya que el sueño es especialmente importante en la adolescencia, durante la cual se producen cambios significativos en el cerebro que afectan al aprendizaje, el autocontrol y los sistemas emocionales. Los estudios realizados en el laboratorio de neurociencias del desarrollo en el que trabajo ofrecen una solución en apariencia simple al problema. Basta con proporcionar a los adolescentes una buena almohada. Para conseguir que una cama sea cómoda no hace falta tecnología, ni costosas intervenciones, ni mucho tiempo. 
LA REGULARIDAD ES MÁS IMPORTANTE QUE LA CANTIDAD.
Investigaciones han demostrado que diferencias en la calidad y la duración del sueño que pueden parecer pequeñas influyen en la manera en que el cerebro procesa la información.
El sueño actúa como un pegamento que ayuda al cerebro a codificar la información recién adquirida y a convertirla en conocimiento duradero. Asimismo, aumenta la concentración en el colegio ya que ayuda a mitigar el comportamiento hiperactivo, las reacciones demasiado emocionales y la inquietud.
Gracias a un experimento se pudo ver que los adolescentes cuyo sueño a lo largo de la semana lectiva era irregular, con variaciones de dos horas y media de una noche a la siguiente, al cabo de un año presentaban un menor desarrollo de las conexiones cerebrales de la sustancia blanca que los que dormían un número de horas más regular.
MEDIDAS PARA ACABAR CON LA BRECHA DEL RENDIMIENTO.
En una época al límite de la histeria por los efectos de la tecnología en el sueño y el desarrollo del cerebro, se presta poca atención a los elementos fundamentales para la calidad del sueño de los adolescentes. Asegurarse de que disponen de una buena cama puede ayudar a mejorar el sueño de todos ellos, sobre todo entre las familias más pobres. Además, es mucho más fácil convencer a los padres y a los jóvenes de que inviertan en una almohada que discutir por el permiso para utilizar el móvil.El estudio no encontró diferencias significativas entre clases sociales.

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