Monfort lleva cinco meses dedicando la mayor parte de su tiempo a la mejora de Printeria, la herramienta que ha llevado a su equipo a alcanzar la gloria en el iGEM. "Nuestro invento puede tener un fin educativo, artístico o científico", explica Monfort. Printeria es un pequeño laboratorio al alcance de todos que podría servir tanto para la docencia práctica o para automatizar procesos de modificación genética complejos. "Liberamos al científico de las prácticas más mecanizadas y garantizamos la calidad del resultado puesto que secuencia operaciones que ahora se hacen prácticamente a mano", declara Monfort.
Con 21 años, este joven se ha convertido en una fuente de inspiración para muchos estudiantes de su universidad y un ejemplo de que algo pequeño puede cambiar el curso de la historia. "Nuestra máquina es intuitiva, es simple, es doméstica y puede cambiar el mundo. Podría incluso imprimir insulina en casa ya que esta no deja de ser ADN en el genoma humano", explica. Otro aspecto en el que el equipo valenciano se ha propuesto innovar es en el bioarte. Printeria permite al bioartista producir sus propias materias primas a partir de organismos vivos.
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