jueves, 8 de noviembre de 2018

En el año 2014, un equipo internacional de científicos descubrió que un insecto que vive en unas cuevas de Brasil tiene las estructuras genitales invertidas, es decir que las hembras tienen pene.

Durante el apareamiento, el macho inyecta semen líquido en el órgano de almacenamiento de esperma de la hembra, llamado espermateca, a través de la abertura del conducto espermático en la punta del pene femenino.

La presencia de semen induce la formación de una cápsula dura que permite almacenarlo no solo para la fertilización, sino también para captar nutrientes, que son escasos en las cuevas en las que habitan.
Gracias al análisis con microscopía óptica, de láser confocal y tomografía computarizada de alta resolución del órgano, los investigadores descubrieron una pequeña válvula de cambio de 0,3 mm de ancho en la entrada del órgano de almacenamiento de semen.

La capacidad de obtener mayores cantidades de semen gracias a la válvula ha dado lugar a una feroz competencia sobre el semen entre las hembras, lo que ha facilitado la evolución del pene femenino
El pene femenino facilita el acceso del esperma hasta el interior de una espermateca

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