Mark Sirois, experta en meteorología, ha dicho que se trata de un fenómeno habitual provocado por los elementos: «Si te fijas en los árboles del fondo, está claro que el viento es muy fuerte», ha dicho Sirois. «El suelo del bosque parece estar cubierto por musgos, lo que hace que gran parte de las raíces de los árboles jóvenes estén ancladas a un suelo suelto», ha explicado.
A medida que el viento sacude los árboles, las raíces elevan el suelo. Por eso parece que algo está respirando.
Mark Vanderwouw, experto forestal en Ontario, Estados Unidos, ha dicho que este tipo de fenómeno puede verse acrecentado por la meteorología: «Cuando llueve y hace viento el suelo se satura de agua y pierde consistencia, a medida que el viento empuja la fuerza es transferida a las raíces, y el suelo comienza a exhalar». Si el viento fuera los suficientemente fuerte y durase lo necesario, las raíces comenzarían a romperse y al final algunos de los árboles acabarían derribados.
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