La mutación de un solo gen hace unos dos millones de años desencadenó una serie de cambios en lo que finalmente se convertiría en la especie humana moderna, entre ellos la capacidad para correr.
Un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de California ha descubierto que la inactivación de un gen llamado CMAH, que permite la síntesis de un azúcar provocó importantes diferencias con la mayoría de primates.
Los antepasados de los humanos comenzaron a andar erguidos y se produjeron cambios muy rápidos en su biomecánica y en la fisiología del esqueleto que dieron como resultado piernas más largas y elásticas, pies más grandes y músculos más potentes.
Estos cambios provocaron la mejora de la capacidad humana de correr largas distancias, consiguiendo así mejorar sus técnicas de caza para alimentarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario