Es el caso del hallazgo de un nuevo órgano en el cuerpo humano. En mayo de 2018 científicos de Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York (EE.UU.) descubrieron el llamado «intersticio», una red de tejidos de conexión rellenos de líquido que están situados bajo la piel y que recubren a otros muchos órganos. Hasta ahora había pasado desapercibido porque las técnicas de observación anatómica, que se centran en fijar las muestras de los tejidos con productos químicos, no permitían observarlo. En general, se hablaba de un espacio intersticial, situado entre las células, pero no de un órgano en sí.
«Este descubrimiento tiene el potencial de llevar a avances impresionantes en medicina, incluyendo la posibilidad de que tomar muestras del fluido intersticial se convierta en una potente herramienta de diagnóstico», explicaba en un comunicado Neil Theise, médico e investigador en la Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York y coautor del estudio.
Según un artículo publicado en «Scientific Reports» por este y otros autores, el intersticio tiene una gran importancia para el funcionamiento de todos los órganos y el comportamiento de la mayoría de las enfermedades importantes. Entre estas, destaca el cáncer, porque en ocasiones puede propagarse a través de esta red.
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