Además de ser clones, ejemplares genéticamente iguales, han sido modificados con tijeras genéticas para sufrir una serie de patologías relacionadas con el ritmo circardiano, el ciclo que regula el reloj biológico y que, nos indica cuándo debemos alimentarnos y dormir. En ellos no funciona bien. A parte de dormir menos, han mostrado comportamientos depresivos y próximos a la esquizofrenia.
La investigación, puede crear un debate ético por el bienestar de unos animales tan cercanos a nosotros, pero sus autores defienden su objetivo final. Según ellos, este tipo de estudios puede ayudar a conocer mejor varias enfermedades humanas, como trastornos cerebrales hasta el cáncer.Además de disponibilidad de una población de macacos «a la carta» podría, reducir el número de ejemplares que actualmente se utiliza en investigación biomédica.
Los cinco primates llegaron al mundo el pasado año gracias al método de transferencia nuclear de células somáticas, el mismo que se empleó con Zhong Zhon y Hua Hua, los primeros monos clonados y con la famosa oveja Dolly. En la primera clonación de monos, se utilizaron fibroblastos, células cutáneas diferenciadas, de un feto abortado. Los fibroblastos provenían de un mono adulto al que previamente se le había eliminado con la técnica Crispr/Cas9 un gen (BMAL1) que codifica proteínas implicadas en la regulación de los ritmos circadianos. El donante fue seleccionado de entre un grupo de individuos, todos modificados, por tener los fenotipos de patologías más graves.
El resultado es que estos monos de diseño exhibieron una amplia gama de trastornos circadianos, entre ellos la reducción del tiempo de sueño, un aumento de la actividad nocturna, cambios en las hormonas sanguíneas, mayor ansiedad y depresión, y hasta conductas similares a la esquizofrenia. "El trastorno del ritmo circadiano podría llevar a muchas enfermedades humanas, como trastornos del sueño y neurodegenerativos, diabetes mellitus y cáncer, por lo que nuestros monos sin BMAL1 podrían utilizarse para estudiar sus orígenes, así como tratamientos terapéuticos", señala Hung-Chun Chang, coautor del estudio e investigador del Instituto de Neurociencia de la Academia China de Ciencias.
Los investigadores planean continuar mejorando la técnica para aumentar la eficiencia de la clonación, con la esperanza de que se generen más clones de macacos con mutaciones genéticas causantes de enfermedades en los próximos años.
De los cinco clones nacidos, cuatro viven muy bien en la actualidad. Uno murió hace unas semanas debido a un fallo respiratorio después de que el estudio fuera aceptado para su publicación.
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