sábado, 5 de enero de 2019

El ADN ya no es lo que era.

Fred Gage y su equipo del Instituto Salk de California están investigando los genes saltarines, también llamados transposones, segmentos de ADN que codifican su propia replicación y movilidad de un sitio a otro del genoma.
Sabemos que la mitad del genoma humano consiste en residuos fósiles de antiguos transpones. Gage descubrió que todavía hay un trasposón activo en el genoma humano, LINE-1, y que salta de un lado a otro mientras el cerebro va creciendo y madurando. Se suele localizar en el hipocampo.


Los últimos resultados de Gage, obtenidos en ratones dicen que si un ratón recién nacido recibe atención por parte de la madre su estrés se reduce, y si no la recibe, incrementará su ansiedad. 

Los espertos han demostrado que la indiferencia de la madre conduce al movimiento y la acumulación de trasposones en las neuronas del hipocampo, esto no ocurre en otras zonas corporales. 
Se trata de un fenómeno genético muy específico y su correlación es perfecta con el grado de cuidados maternos. 

El ADN cambia según la experiencia durante el desarrollo del cerebro. 

Fuente: HIPOCAMPO Y CEREBRO


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