A veces, los signos vitales de que una persona ingresada en un hospital va a morir en cuestión de horas son muy sutiles y pueden pasar desapercibidos.
Por ello, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha aprobado el uso de un algoritmo que monitoriza las constantes fisiológicas de los enfermos y ayuda a predecir las posibilidades de que fallezca de forma súbita a causa de un fallo cardíaco o un problema respiratorio.
El algoritmo, llamado Wave Clinical Platform, analiza cambios mínimos en la presión sanguínea o la saturación de oxígeno, entre otras variables, combina los datos de los sensores y avisa a los médicos hasta con 6 horas de antelación de un posible desenlace fatal.
Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford ha desarrollado un sistema similar que emplea un programa de inteligencia artificial que predice si un paciente en estado grave morirá en un plazo de 3 a 12 meses para que los médicos cuenten con mas datos y así decidir si esa persona debe pasar a recibir cuidados paliativos.
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