Una nueva técnica permite cultivar tejidos minerales como el esmalte dental a partir de proteínas.
Una clave de esta técnica es que imita el proceso de biomineralización natural del esmalte. Los científicos parten de una matriz de proteínas que exponen a una disolución de fosfato de calcio, presente de forma natural en la saliva humana. Esta interacción hace que crezcan espontáneamente sobre las proteínas minerales de apatita o hidroxiapatita, incluso si la matriz se encuentre sobre una superficie irregular como un diente picado o desgastado. Igual que ocurre en la naturaleza, el esmalte sintético tiene una estructura cristalina organizada a diferentes escalas, desde el nivel nanométrico hasta estructuras visibles para el ojo humano. Esta organización jerárquica le confiere al mineral su característica rigidez, dureza y resistencia al ácido.
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