Una ofensiva contra los antivacunas desde Bruselas
Bruselas quiere que los europeos tengan una certeza:
las vacunas salvan vidas. Hoy en la UE hay ciudadanos que mueren por renegar de
esas cuatro palabras. "¿Es aceptable en una sociedad tan avanzada como la
nuestra? Mi respuesta es no. Y no es solo la respuesta de un médico. Es la respuesta
de un padre y un abuelo. Las vacunas funcionan. No es una cuestión de opinión.
Es un hecho. Como decir que la Tierra gira alrededor del sol y no a la
inversa", ha afirmado tajante el comisario de Salud, el lituano Vytenis
Andriukaitis.
La Comisión
Europea no se queda en la retórica. Este jueves ha presentado una batería de
medidas con el objetivo de aumentar la cobertura de las vacunas. En pleno brote
continental de sarampión, Bruselas se ha fijado como meta alcanzar el 95% de
inmunizados contra este virus. La ambición va más allá: los responsables de
Salud europeos proponen a los Estados implantar controles rutinarios para saber
si se cumple con las vacunas recomendadas. También facilitar su acceso todo lo
posible: plantea la posibilidad de abrir nuevas oportunidades para que aquellos
que no lo han hecho, se vacunen, ya sea en el colegio o en el lugar de trabajo.
"La vacunación es ante todo una forma de solidaridad, porque el virus
necesita circular y así se lo estamos impidiendo. Es la forma de que una
mayoría proteja a los más vulnerables. A la gente mayor frente a la gripe, a
las embarazadas ante la rubeola, a los bebés contra la tos ferina",
explica Xavier Prats Monné, director general de salud de la Comisión Europea.
La propuesta de la Comisión supone
además el inicio de una batalla en el terreno de las ideas. Considera que
la propaganda antivacunación no solo debe rebatirse a través de las
intervenciones de expertos en medios de comunicación. Lanzará su propio portal
web en 2019 para que cualquier ciudadano pueda consultar información
"transparente y objetiva" sobre el tema. Pretende que los
trabajadores de salud reciban formación sobre cómo tratar con pacientes
vacilantes respecto a las vacunas para que sean capaces de generar confianza
sobre sus beneficios. Y convocará un foro donde intercambiar experiencias sobre
buenas prácticas y fórmulas para combatir los mitos que pululan entre la
ciudadanía. A esa denominada Coalición por la vacunación estarán invitadas
asociaciones de trabajadores de salud y estudiantes del ámbito sanitario.
Los
antivacunas esgrimen argumentos como sus efectos secundarios en casos aislados
como alergias, que también pueden producirse por una simple picadura de avispa.
En otros, utilizan motivaciones religiosas o culturales para no cumplir con una
práctica que los médicos consideran fundamental para prevenir enfermedades.
Ante eso, el comisario Andriukaitis cree que solo vale ser didácticos.
"Queremos reforzar la transparencia para generar confianza en la ciencia.
Las propuestas de la Comisión
Europea tendrán que recibir el visto bueno del Consejo Europeo —que agrupa a
los Estados miembros— para hacerse realidad. Bruselas no tiene la intención de
mirar para otro lado mientras el movimiento antivacunas se expande: elaborará
informes sobre la confianza de los ciudadanos en las vacunas para vigilar el
estado de opinión general sobre el tema. "No valen peros ni excusas. Las
muertes evitables no deben ocurrir", señaló el presidente de la Comisión,
Jean-Claude Juncker, en su discurso sobre el estado de la Unión del pasado año
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