La verdad es que el esqueleto momificado, con solo 15 centímetros de altura y una cabeza elongada, tiene todos los elementos necesarios para parecer una copia de un fanzine de marcianos, pero su genoma acaba de revelar la verdad. Los resultados del análisis de su ADN, no solo demuestran que la momia es humana, sino que también revela las mutaciones que causaron sus malformaciones óseas y que con toda probabilidad la impidieron nacer.
Esta investigación permite un par de experimentos mentales interesantes y didácticos. Supongamos, que Ata hubiera sido en verdad una criatura extraterrestre; ¿tendría ADN? Toda la vida terrícola se basa es esta doble hélice prodigiosa descubierta en 1953, es cierto. Entonces, ¿es el ADN una solución única para cualquier vida posible o una peculiaridad del origen de la vida en la Tierra?
No lo sabemos. Hay científicos que piensan que el
ADN (junto a su molécula hermana, el ARN) es una solución tan buena para
codificar información y transmitirla a la descendencia, una invención de la
química prebiótica tan pegada a la física universal, tan óptima y luminosa, tan
elegante, que es muy probable que constituya el fundamento de cualquier forma
de vida. Pero eso no son más que especulaciones, y no resolveremos este
trascendental asunto hasta que no encontremos vida extraterrestre de verdad.
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