domingo, 29 de abril de 2018

La causa de las extrañas luces que vemos cuando cerramos los ojos

Los ojos cerrados evitan que cualquier fotón residual pueda llegar a nuestra retina: el órgano que capta la luz y la transforma en estímulos eléctricos. Pero si prestamos atención, podemos percibir que, en realidad, la oscuridad está habitada por una especie de «ruido blanco» de sutiles luces de colores. Parecen hormigas luminosas. Se perciben, pero en realidad no están ahí y ni siquiera tienen forma, aunque a veces parecen seguir patrones geométricos. Si nos frotamos los ojos, el efecto es aún más intenso: de repente aparecen figuras geométricas que se mueven, arcos luminosos de varios colores.
Lo que ocurre es que estamos presenciando los llamados fosfenos, del griego «phos» (luz) y «phainein» (mostrar). Son destellos que se perciben, aunque no haya luz en el exterior, a causa de la estimulación de la retina y de la corteza visual. Los investigadores pueden inducirlos a través de estímulos magnéticos o eléctricos, pero habitualmente aparecen sencillamente por la excitación basal del sistema visual.
También podemos provocarlos al ejercer presión sobre los ojos. Para muchos investigadores resultan interesantes porque aportan información sobre cómo funciona el sistema nervioso, y otros creen que conseguir inducirlos en personas ciegas de nacimiento es un camino para curar la ceguera. Sin embargo, lo cierto es que el fenómeno es ahora anecdótico y no se investiga muy activamente.
«Una vez que el ojo se ha adaptado a la oscuridad, y particularmente si uno se relaja, el campo visual se ilumina: nubes etéreas y partículas de luz aparecen, generalmente con tonos pasteles de azul, verde, naranja y amarillo. Si uno se aprieta los ojos, aparecen figuras» escribió en 1970 y en Scientific American Gerald Oster. Al apretarnos el globo ocular se produce un fenómeno que tiene muchas variantes. A veces se oscurece el campo visual o sencillamente aparece una franja de color en el extremo contrario de donde nos presionamos, tal como describió el mismísimo Isaac Newton.
Además, muchas drogas, como el alcohol o las sustancias alucinógenas, pueden provocar fosfenos por sus efectos sobre la corteza visual.

La mayoría de los investigadores creen que los fosfenos son creados por la actividad normal del sistema visual, o bien cuando este sistema es estimulado por factores distintos de la luz. Sin embargo, algunos investigadores han propuesto desde hace muchos años una explicación alternativa, según la cual en el interior del ojo se produce una pequeña cantidad de fotones.
Sea como sea, lo que está claro es que las únicas personas que no ven fosfenos son las que son ciegas de nacimiento. Por eso estudiar este curioso fenómeno y tratar de provocárselo a personas invidentes quizás puede servir de ayuda para trabajar en recuperar la visión.

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