jueves, 12 de abril de 2018

Algunas más pistas sobre el misterio de los 'controladores de élite' del VIH

Los expertos en VIH llevan años estudiando un fenómeno para el que aún no han encontrado respuesta. Es el de los llamados 'controladores de élite'; pacientes que consiguen mantener la infección a raya sin medicación ni ninguna otra ayuda externa. En estas personas, el virus no avanza, permanece en el organismo con una carga casi indetectable y ningún síntoma de enfermedad.

Varias investigaciones han conseguido desvelar que hay determinadas características genéticas y del funcionamiento del sistema inmunitario de algunos individuos con esta capacidad para 'escudarse' frente al VIH. Además, también se sabe que existen particularidades en ciertos virus que podrían estar implicadas en este control. Pero ahora, un grupo de investigadores españoles de la Red de Investigación en SIDA (RIS) del Instituto de Salud Carlos III ha conseguido describir con detalle una de estas singularidades en los virus, despejando una importante incógnita para entender por qué existen los 'controladores de élite'.

En concreto, los investigadores, entre los que figuran científicos de la Unidad de Farmacología de la Universidad de La Laguna de Tenerife y del Grupo de Virología e Inmunología Celular IrsiCaixa de Barcelona, han descrito un defecto en el virus que explica la causa de que la enfermedad no progrese en algunos casos. Este 'fallo' se produce en la proteína que envuelve al patógeno, en su membrana externa, y le impide una correcta replicación y evolución, por lo que frena su avance.

"Lo primero que hace el VIH es modificar la estructura de las células para poder infectarlas", explica Cecilio López-Galíndez, responsable de la red RIS.
Pero el defecto descrito en la envoltura del virus impide que este paso clave de la infección se produzca adecuadamente. Cuando este fallo está presente, añade el experto, el VIH no consigue fusionarse adecuadamente con las células, por lo que "la infección no es capaz de progresar".

Los científicos lograron detectar este defecto tras estudiar a cinco 'controladores de élite' españoles que adquirieron el VIH en la década de los 80 tras compartir jeringuillas contaminadas. Todos ellos llevan décadas conviviendo con el virus sin la ayuda de ningún fármaco y sin ninguno de los síntomas que acompaña a la infección.

"Hace unos años descubrimos que estos pacientes eran portadores de prácticamente el mismo virus, lo que nos llamó la atención porque normalmente la variabilidad es muy alta", explica López-Galíndez. "Quisimos, por tanto, saber qué papel cumplía el virus en el hecho de que en ninguno de estos pacientes se hubiera producido una progresión clínica. En primer lugar, descubrimos que era un virus que se replicaba mal. Y ahora hemos podido descubrir que la clave de ese fallo está en un defecto en su envoltura", añade.

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