viernes, 27 de abril de 2018

Grasa, inmunidad y regulación del calor, una relación inesperada

Se ha hecho un descubrimiento sorprendente acerca de la grasa corporal y las células inmunitarias especiales que viven dentro de ella: resulta que las células T gamma delta tienen un papel muy importante en el mecanismo biológico que regula nuestro calor corporal y nos protege frente a los efectos de un descenso brusco de la temperatura. El descubrimiento pone así de manifiesto un aspecto peculiar y anteriormente desconocido del sistema inmunitario. Además, ha puesto el foco sobre una nueva diana potencial hacia la que dirigir terapias diseñadas para ayudar a que las personas con un peso corporal inadecuado pierdan o ganen los kilos apropiados. Existen dos tipos de grasa corporal bastante diferentes, la blanca y la marrón. La tarea principal de la blanca es almacenar energía, obtenida de los alimentos que comemos, para cuando la necesitemos. Por supuesto, cuanta más energía absorbemos sin gastarla, más gordos nos ponemos. La grasa marrón, en cambio, no tiene esa función de almacenamiento a largo plazo, sino que con ella el resultado es la quema de grasa para producir calor en el cuerpo. Esto es particularmente importante cuando nacen los bebés, dado que ello regula sus temperaturas hasta que desarrollan más grasa blanca, pero también es importante para protegernos de la hipotermia (reducción peligrosa de la temperatura corporal por debajo de lo normal). Tanto los tejidos de grasa blanca como los de grasa marrón poseen asimismo sus propios sistemas inmunitarios, y los científicos solo ahora están empezando a entender cómo funcionan estos. El equipo de la inmunóloga Lydia Lynch, del Trinity College de Dublín en Irlanda, ha obtenido nuevos y reveladores datos sobre este tema. Las células T gamma delta se encuentran normalmente en puntos del cuerpo que actúan como barreras para proteger a este de las infecciones, pero en el nuevo estudio los científicos hallaron una población especial de ellas en la grasa. A diferencia de otras células inmunitarias que entran y salen de la grasa, estas células T gamma delta viven ahí todo el tiempo, lo que sugiere que desempeñan un papel importante allí donde se encuentran. Para descubrir lo que hacen, los científicos las eliminaron del tejido graso de ratones y se sorprendieron al ver que estos se enfriaban mucho, incluso a una temperatura ambiente suave. Cuando los ratones eran trasladados a entornos fríos, su temperatura corporal no se regulaba para compensar la del ambiente y morían. Lynch y sus colegas comprobaron que las células inmunitarias en la grasa responden ante las temperaturas frías: desempeñan un papel importante a la hora de regular la termogénesis mediante la activación de la quema de grasa blanca, o al estimular la conversión de esta en grasa marrón, generándose el calor requerido para mantener al individuo caliente cuando hace frío. Esta generación de calor sucede cuando se queman los lípidos en la grasa blanca, y, al ocurrir esto, el principal efecto secundario es la pérdida de peso. Este descubrimiento abre la puerta a una nueva diana potencial para la investigación sobre terapias encaminadas a tratar la obesidad. Para las personas obesas, activar esa vía biológica y obligar al cuerpo a quemar grasa blanca podría inducir una pérdida de peso.
Células T gamma delta pululando alrededor de células de grasa (adipocitos) en tejido graso, para regular el equilibrio entre la quema de lípidos y su almacenamiento.

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