En su crónica sobre el Primo Viaggio Intorno al Globo Terracqueo, el noble veneciano Antonio Pigafetta, asistente personal de Fernando de Magallanes durante la expedición, ya ensalzó las increíbles capacidades para la inmersión de los bajau. Repartidos hoy por las mil islas que hay al sudeste de Asia, "viven siempre en sus barcas y no tienen casas en la costa", escribía hace casi 500 años el viajero italiano. Ahora, un estudio muestra que los bajau tienen una serie de mutaciones genéticas que les ayudan a ser casi peces.
A los bajau los llaman los nómadas o gitanos del mar. Son alrededor de un millón de personas y viven en zonas costeras de Filipinas, Indonesia o Malasia. La mayoría nacen, viven y mueren en barcas o plataformas flotantes sobre el mar de Sulawesi. Su dieta es exclusivamente marina. En estas sociedades, los niños empiezan pronto a bucear y son los hombres adultos los que se sumergen en busca de comida. Su capacidad de inmersión, hasta los 70 metros y durante muchos minutos, es tan reconocida que, para muchos de ellos, su principal fuente de ingresos externos es la recolección de criaturas como los pepinos de mar para los restaurantes de Hong Kong o Macao.
"Lo más parecido a los bajau en cuanto a tiempo de trabajo bajo el agua son las nutrias marinas. Como ellas, también pasan el 60% del tiempo en el agua", dice la investigadora de la Universidad de Utah (EE UU), Melisa Ilardo. En 2015, y mientras investigaba para la Universidad de Copenhague (Dinamarca), Ilardo viajó hasta la región, en concreto hasta el poblado bajau de Jaya Bakti, en la isla indonesia de Célebes. Allí se dedicó a medirles el bazo con un aparato de ultrasonidos compacto y a tomarles muestra de saliva.
Para Ilardo, "se trata de la clásica evolución darwiniana, los bajau que no portan la variación genética relacionada con el tamaño del bazo tienen una desventaja cuando bucean y, o mueren mientras lo hacen o tienen más niños porque son capaces de bucear durante más tiempo, obteniendo más comida". Y añade: Así que, deberíamos esperar que los niños bajau nacen con un bazo más grande, o que lo desarrollan mucho antes y nuestros datos muestran que los bajau tienen un bazo mayor independientemente de que buceen o no".
Las mutaciones genéticas no se quedan en el bazo. La investigación ha encontrado otras 25 variaciones que aún deben de estudiar a fondo. Algunas parecen relacionadas con la ralentización del ritmo cardíaco (bradicardia) o una vasoconstricción periférica selectiva, que les permite insuflar más oxígeno a los tejidos de órganos vitales como el cerebro, el corazón o los pulmones. A diferencia del Mariner interpretado por Kevin Costner en la película de 1995 Waterworld (Mundo acuático), los bajau no necesitan branquias para ser los reyes del mar.
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