domingo, 11 de febrero de 2018

Tu próximo tatuaje podría tener el ADN de un ser querido (vivo o muerto)


“¿No sería genial convertir un tatuaje en un relicario? ¿Poner un pedacito de algo que te
importara en el tatuaje?” Cuatro años después de hacerse estas preguntas, Duffy que hasta entonces dirigía un programa de buceo terapéutico para veteranos del Ejército, vio nacer a Everence. Esta sustancia, que patentó junto a otros cuatro socios, es un polvo sintetizado a partir de una muestra de ADN, que en muchos casos viene de las cenizas que dan como resultado la cremación. El polvo, que se almacena en un pequeño frasco, se le entrega al tatuador para que lo añada a cualquier tipo de tinta. ¡Voilà, tendrás por siempre una parte de tu ser querido! Pero, no tiene por qué ser solo humano. La empresa también lo hace con el ADN de perros y gatos o “cualquier otro amigo peludo”, añade The New York Times.
Esta práctica se une a otras que apenas están incursionando en el mundo del tatuaje biogenético, o sea, la de crear tintas que incluyan elementos orgánicos.

La tinta mórbida, como se ha dado a conocer popularmente no es nada nuevo. En el pasado algunos biohackers había mezclado material orgánico en las tintas, pero este terminaba siendo absorbido por el cuerpo de la persona tatuada.

Según explica desde Everence, los clientes que están interesados en utilizar su técnica le envían sus muestras de ADN. Una vez en sus manos, ellos pulverizan, esterilizan y guardan el ADN en cápsulas microscópicas de plexiglás –material que tiene otros usos médicos como en la cirugía cosmética-. Es este recubrimiento el que permite que el ADN no sea absorbido por el cuerpo y quede en la tinta permanentemente. Esta práctica no supone un riesgo más que los que ya conlleva un tatuaje regular. 
La ciencia y la tecnología han permitido que el ácido nucleico que contiene las instrucciones genéticas de todos los organismos vivos esté presente en los objetos menos pensados.

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