domingo, 4 de febrero de 2018
El estrés en las células madre del corazón marca su destino.
La acumulación en el corazón de moléculas pequeñas con capacidad de oxidación –especies reactivas de oxígeno– provoca un proceso conocido como estrés oxidativo, que desemboca en cambios en la función de proteínas relacionadas con el comportamiento de las células madre cardiacas.
Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología han demostrado que, ante un daño del tejido cardiaco por la presencia de especies reactivas de oxígeno, las células madre del corazón adulto se diferencian. Este proceso puede tener implicaciones en la capacidad regenerativa del corazón adulto.
Los científicos han estudiado la proteína BMI1 y han descubierto que en condiciones normales posee un papel importante en el mantenimiento de las células madre del corazón. Sin embargo, ante un daño oxidativo su función cambia y pasa a promover la diferenciación de estas células.
“Este tipo de daño está asociado a patologías cardiovasculares graves –explica Antonio Bernad director de este trabajo–. Entender los factores que determinan el destino de las células madre puede ayudarnos a explorar nuevas posibilidades de regeneración cardiaca”.
Durante el desarrollo embrionario, el corazón presenta bajos niveles de oxígeno, condiciones en las cuales los cardiomiocitos inmaduros se multiplican. Con el nacimiento y la exposición al oxígeno ambiental aumentan los niveles de oxidación y los cardiomiocitos se diferencian y dejan de dividirse.
A pesar de estos indicios, hasta ahora no se había estudiado cómo el estrés oxidativo influye en la renovación celular del corazón adulto. “Nuestros datos indican que el estrés oxidativo es clave para activar la diferenciación de las células progenitora. La proteína BMI1 es uno de los reguladores clave de este proceso”, concluyen los autores del trabajo.
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