martes, 27 de febrero de 2018

Crecer cerca de espacios verdes mejora el desarrollo cerebral de los niños
Está comprobado que el contacto con la naturaleza mejora nuestra salud. Incluso  aunque las zonas urbanas que contiene altos niveles de contaminación,  si te rodeas de un ambiente verde mejora tu organismo. De eso habla el último estudio de un grupo de investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona, que constataron que crecer en zonas verdes tiene efectos positivos en el desarrollo cognitivo de los niños. Este estudio, lo lideró el centro y con la colaboración del Hospital del Mar y la UCLA Fielding School de Salud Pública, prueba, por primera vez, que la exposición a zonas verdes en la infancia está vinculada con cambios positivos en las estructuras cerebrales.
"Antes no había evidencia de que había un vínculo entre la naturaleza y la evolución humana, que la naturaleza es importante para el desarrollo del cerebro. Ahora la hay", sostiene el doctor Payam Dadvand, investigador de ISGlobal y autor principal del estudio. Con un estudio de 253 niños de distintas zonas de Barcelona, los investigadores probaron que los niños que viven en hogares rodeados de espacios más verdes tienden a presentar mayores volúmenes de materia blanca y gris en áreas del cerebro vinculadas a la función cognitiva del cerebro. Estos cambios en la anatomía cerebral, sostiene la investigación, serían beneficiosos en el desarrollo cognitivo de los menores.
El estudio se enmarca dentro del proyecto Breathe, una serie de investigaciones relacionadas con el impacto de la contaminación en el desarrollo cerebral de los niños.
Los investigadores realizaron cuatro visitas a los menores, en las que los sometieron a una serie de pruebas por ordenador para analizar la memoria del trabajo —retener información en períodos cortos— y la atención —les ponían una fila de cinco peces y los niños tenían que decir hacia donde miraba el pez del medio—.
Con estas pruebas, los científicos estudiaron el comportamiento de los menores y, a través de resonancias magnéticas en tres dimensiones, analizaron la actividad y los cambios cerebrales detectados. "En las áreas prefrontales y motores, había más volumen de sustancia gris, como más número de neuronas por decirlo de otra manera. Esto es muy importante porque es un hallazgo anatómico de los efectos en la estructura cerebral de la exposición a zonas verdes", explica Mónica López, otra de las investigadoras. El mayor volumen de sustancia gris en esas áreas del cerebro está asociado a una mejora del rendimiento cognitivo, sobre todo en una mejor memoria de trabajo y una menor falta de atención.

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