Huevos de corral en los
supermercados: ¿ecologismo o postureo?
Las grandes industrias renuncian a vender productos de gallinas criadas
entre rejas y apuestan por opciones que, aseguran, son "más respetuosas con el bienestar animal"
Los llaman huevos de «gallinas felices».
Y están ganando terreno en nuestro país. Puesto que son más supermercados y
empresas alimentarias que deciden prescindir de los huevos de gallinas
enjauladas para «un respeto con el
bienestar animal». Tiempo atrás Mercadona, Carrefour o Nestlé se comprometieron a que en 2025 todos los huevos que vendan o
usen serán libres, ahora Lidl ha
subido la apuesta al anunciar que en sus lineales ya sólo hay huevos de
gallinas que no se han criado entre rejas.
Estas propuestas han sido aplaudidas por
las principales asociaciones animalistas. Pero también ha sido criticada por la patronal
de productores. Pero, podemos observar que es una muestra del cambio que está
experimentando el sector de la alimentación, y que no sólo es más permeable a ciertas
reivindicaciones, sino que también está más pendiente de la imagen que
proyecta.
«Es un paso muy importante para
conseguir el fin de las jaulas en la producción de huevos en España». «Este sistema es uno de los más crueles
y que más sufrimiento genera a los animales en la ganadería industrial», añade
Moreno, quien subraya que el cambio «es imparable» y una «clara respuesta a la
creciente demanda de los consumidores para una mayor transparencia y mejor
trato para los animales en el sistema alimentario», señala Javier Moreno,
cofundador y director de la organización Igualdad Animal, muy activa en la
denuncia de esta práctica.
La Asociación Española de Productoras de
Huevos (ASEPRHU) niegan, ambos argumentos. «En
la Unión Europea las gallinas están bien cuidadas sea cual sea el sistema de
producción» dado que la normativa es «la más exigente del mundo y protege mucho los derechos de los
animales», clama María del Mar Fernández Poza,
directora del organismo.
Michaela
Reischl, gerente de Responsabilidad Social
Corporativa de Lidl España, asegura que la apuesta por los huevos de gallinas
felices de la compañía se inició en 2013 tras constatar que el rechazo a los
huevos producidos en jaulas «era una tendencia creciente en Europa» y porque
«la sostenibilidad es un eje fundamental» de la estrategia de la empresa. No
fue fácil plantearlo, asegura, «porque la gran mayoría de las gallinas ponedoras
seguían estando en jaulas».
Uno de los principales productores
europeos de huevos es nuestro país ya
que,sacó al mercado ese año 13.000 millones de huevos, 875 millones de los
cuales llevaban impresos en su cáscara los códigos 0 y 1 (con acceso al
exterior), según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y
Medio Ambiente.
Aunque los huevos libres siguen siendo un
pequeño porcentaje de los producidos en nuestro país, se puede aprecia una
tendencia al alza en el sector. En 2010, las granjas avícolas con sistemas
alternativos a las jaulas suponían el 37,6% del total, mientras que en 2016 esa
cifra se elevó al 56%.
Para Alberto Díez, portavoz de la
Asociación para la Defensa de los Animales (ANDA), que las cadenas de
distribución veten los huevos de gallinas enjauladas tiene una parte positiva:
«El bienestar animal por fin es un argumento que se asume». Pero también un
lado oscuro que hay que tener en cuenta: «Si el cambio significa que el sector va
a pasar de producir huevos de código 3 a huevos de código 2 no supondrá nada».
En España, los huevos son el único producto
que refleja en su etiquetado información referente al bienestar animal.
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