Científicos canadienses localizan las células madres que posibilitan la recuperación del apéndice perdido, hallazgo que podría aplicarse a la biología humana.
Algunas especies de lagarto son objetivo de estudio prioritario para los científicos, quienes intentan descubrir los mecanismos que posibilitan que sus colas vuelvan a crecer cuando sufren una amputación. Una clave para entender este auténtico prodigio biológico reside en que, al contrario de lo que pasa con los mamíferos, sus apéndices incluyen fragmentos de médula espinal.
El objetivo último es emular su receta biológica para regenerar tejidos dañados o perdidos también en los organismos de los seres humanos.
El profesor Matthew Vickaryous, investigador de la Universidad de Guelph, en Ontario (Canadá), se ha centrado en el estudio de los geckos –recuperan su extremidad en 30 días, más rápido que ningún otro reptil– y ha descubierto que la médula espinal de su rabo contiene un buen número de células madre y proteínas que permiten esa regeneración.
"Ahora, por fin sabemos qué tipo de células lo hacen posible", ha explicado Vickaryous, autor principal del trabajo, que ha sido publicado en la revista Journal of Comparative Neurology. "Las lesiones de la médula espinal de los humanos son muy difíciles de tratar, así que espero que los gueckos nos enseñen a nuestra médula cómo repararse a sí misma", añade este experto.
Cuando se encuentran en su entorno natural, los geckos acostumbran a perder la cola por un mal encuentro con un depredador. El apéndice desprendido, como ocurre con el de las lagartijas, permanece moviéndose durante un tiempo para distraer al agresor y poder escapar. En el laboratorio, Vickaryous y sus colegas se lo han seccionado a varios ejemplares para analizar qué ocurre a nivel molecular en la fase de recrecimiento.
Así han podido detectar el comportamiento inusual de un tipo de célula madre llamada glia radial, normalmente inactiva. Cuando se produce la amputación, dichas células generan diferentes proteínas y empiezan a proliferar en respuesta a la crisis. Pero una vez que el rabo recupera el estado inicial, las glias radiales vuelven al "modo off".
Un animal asombroso
Por el contrario, el organismo humano responde a un accidente de médula espinal fabricando tejido cicatrizante en vez de renovarlo, como hacen los lagartos con su cola. El problema se soluciona así con urgencia, pero a largo plazo persisten las consecuencias de la lesión: carecemos de las células clave que permiten la regeneración.
Como ha anunciado el propio Vickaryous, este trabajo solo es el primero en una serie de estudios para profundizar en las increíbles facultades regenerativas del sistema nervioso de los geckos. El próximo paso consiste en descubrir cómo es capaz de crear nuevas neuronas en el cerebro.
"Estos reptiles pueden recuperar muchos tejidos de su organismo, lo que los convierte en modelos ideales para investigar los resortes biológicos de la curación de heridas y la regeneración de tejidos", indica el profesor canadiense.
Sin olvidar que los expertos en nuevos materiales también se han fijado en las increíbles habilidades trepadoras de sus patas, compuestas de cientos de millones de diminutos pelos, para emular su poder de adherencia y desarrollar pegamentos superpotentes. Porque del gecko, desde el punto de vista científico, se aprovecha todo.
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