Un estudio publicado sugiere que es posible devolver la pérdida de la memoria a corto plazo mediate la electroestimulación de determinadas áreas del cerebro a un ritmo determinado.
La electroestimulación cerebral, una técnica utilizada para el tratamiento de algunas enfermedades neuronales para ayudar a recuperar la pérdida de memoria trabajo o a corto plazo, es decir, la capacidad de retener información de forma breve para su uso posterior, que disminuye con el envejecimiento. Según un equipo llevado a cabo por investigadores de EE.UU, esta pérdida se puede devolver estimulando determinadas zonas del cerebro a un ritmo específico.
Los autores del trabajo explican que este tipo de memoria, en los adultos más jóvenes, está unida a interacciones neuronales específicas dentro y entre las regiones del cerebro y se piensa que este proceso involucra dos patrones de oscilación neural u ondas cerebrales llamadas ritmo gamma y ritmo theta, en la corteza prefrontal y en el lóbulo temporal del cerebro.
A través del uso de electroencefalografía, los investigadores examinaron cómo cambian las interacciones en adultos mayores y cómo se relacionan con la memoria a corto plazo.
Para ello utilizaron un procedimiento de estimulación cerebral no dañino con el que poder modular las interacciones de las ondas cerebrales individuales asociadas con este tipo de memoria.
Seleccionaron un grupo de adultos: 42 personas de 20 a 29 años y otros 42 de 60 a 76 años, y se les examinó su capacidad de llevar a cabo una tarea sobre cómo llevaban a cabo una tarea que implicaba a este tipo de memoria con y sin estimulación cerebral. Al recibir estimulación cerebral, la precisión con la que operaron los mayores mejoró y se acercó más a la de los jóvenes.
Los resultados mostraron que los adultos mayores eran más lentos y menos precisos que los jóvenes, los cuales mostraron mayores interacciones entre los ritmos theta y gamma en la corteza temporal izquierda y una mayor sincronización de los theta en las regiones frontotemporales. Al recibir estimulación cerebral, la precisión con la que operaron los mayores mejoró y se acercó más a la de los jóvenes, un efecto que duró hasta cincuenta minutos después de la administración de los impulsos.
Estos resultados pueden proporcionar una base para futuras intervenciones dirigidas al deterioro cognitivo relacionado con la edad.
Los investigadores, no obstante, concluyen que estos hallazgos pueden proporcionar una base para futuras intervenciones dirigidas al deterioro cognitivo relacionado con la edad.
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