«Ser tóxico puede ser bueno para la supervivencia, porque te da una ventaja sobre los depredadores»
Las respuestas a ambas preguntas están muy relacionadas, y podrían ayudar a diseñar fármacos contra el dolor o contra las adicciones. Un grupo de investigadores de la Universidad de Texas (Estados Unidos) ha contestado a estas preguntas. Han descubierto una mutación en el ADN de las ranas que altera los receptores del sistema nervioso y que evita que se envenenen a sí mismas. Además, han averiguado que esta capacidad es difícil de adquirir y que limita la cantidad de animales venenosos.
Analgésico mortal
Estas ranas tienen una mutación en el ADN que cambia su propio sistema nervioso y les hacen adquirir resistencia a su toxina.
Esta información podría ser útil para diseñar nuevos fármacos, ya que la epibaditina tiene la gran ventaja de no ser adictiva (como la morfina u otros). De hecho, en la actualidad ya se han estado desarrollando cientos de compuestos a partir de esta toxina.
Llave para las neuronas
La epibaditina tiene una estructura muy similar a la de las moléculas que activan los receptores normalmente, pero a diferencia de estas, las toxinas producen una respuesta excesiva y continuada que sobrecarga el sistema nervioso,por eso son tóxicas.
Lo interesante es que las ranas tienen unos receptores modificados para evitar que la epibaditina se una a ellos, pero permitiendo que se unan las moléculas normales y necesarias.
Para llevar a cabo esta investigación, los autores recogieron tejidos de 28 especies de ranas (entre las que había ranas tóxicas con y sin epibaditina, y ranas no tóxicas). Leyeron la parte del ADN encargada de fabricar los receptores y compararon las diferencias que había en ellos.
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