miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Serán los insectos la principal fuente de proteínas en 20 años?


La dieta insectívora se ha convertido en una alternativa para la producción cárnica del futuro a medio plazo por la que claman numerosos expertos. A ellos se ha sumado John Chambers, conocido por ser CEO de Cisco durante más de veinte años.
En el marco de la conferencia Techonomy el ejecutivo afirmaba que “son la forma más limpia y que menos compromete al medio ambiente”, asegurando que los bichos, supondrán nuestra principal fuente de proteínas en 20 años, tal vez en 15.

En los últimos años se ha llegado a la conclusión de que dejar de comer carne roja es uno de los principales puntos de partida para cuidar el planeta, ya que esta industria es responsable de un gran despilfarro de agua y emisión de CO2.
Sin embargo, en cuanto al consumo y producción de insectos,  un extenso informe de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura hace hincapié en la importante solución que suponen para disminuir el hambre y poder afrontar la superpoblación demográfica, subrayando su contribución a la lucha contra el cambio climático, puesto que cada vez será menos sostenible -y más catastrófico- expandir la superficie dedicada a la agricultura; además de la escasez de agua, ya que los océanos están sobreexplotados por la destructiva mano humana.  También emiten menos gases de efecto invernadero que el ganado tradicional.

Producir insectos es mucho más económico por el abaratamiento de costes que supone su crianza y la reducción de medios logísticos (pueden ser recogidos de forma directa de la naturaleza). Los bichos más consumidos son los escarabajos (31%) orugas (18%) y abejas y hormigas (14%), seguidos de saltamontes, langostas y grillos (13%), cigarras, saltamontes, chicharritas, cochinillas y chinches (10%), libélulas (3%) y moscas (2%).
En cuanto a su aporte proteico este puede ser, según el insecto, similar o incluso significativamente superior (dependiendo del insecto y el estado en el que se encuentre) al del pollo o la carne de cerdo, además de aportarnos grasas, proteínas, vitaminas, fibra y minerales. A demás, en cuanto a su sabor y textura, son diversas las investigaciones que apuntan a que el problema es la predisposición y los códigos culturales: este estudio muestra que, en realidad, los consumidores encuentran deliciosas a las hormigas, las termitas o los gusanos.

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