Investigadores de la Escuela de
Medicina de la Universidad de Boston (BUSM), en Estados Unidos, describen en un
artículo publicado en 'Nature Neuroscience' un modelo único para la biología de
la enfermedad de Alzheimer (EA) que puede conducir a un enfoque completamente
nuevo para tratar la enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer es una
causa importante de patología en los ancianos y supone un enorme costo
financiero para el sistema de atención médica. Los científicos han sabido durante
mucho tiempo que dos proteínas (beta-amiloide y tau) se aglomeran y se acumulan
en el cerebro de los pacientes de Alzheimer, y se cree que esta acumulación
causa una lesión de las células nerviosas que produce demencia.
Un trabajo reciente de estos investigadores
de BUSM ha demostrado que la aglutinación y acumulación de tau se produce como
una respuesta normal al estrés, produciendo complejos de ARN/proteína
denominados "gránulos de estrés", que reflejan la necesidad del
cerebro de producir proteínas protectoras. La persistencia de esta
"respuesta al estrés" lleva a un estrés excesivo, a la acumulación de
gránulos de estrés patológico y a la concentración de tau aglomerada, que
provoca lesiones en las células nerviosas y produce demencia.
En el estudio actual, los
investigadores usan este nuevo modelo y muestran que la reducción del nivel de
estrés de las proteínas granulares proporciona una protección sólida,
posiblemente al reducir los gránulos de estrés patológico persistente y al
cambiar el tipo de aglutinación de tau que se produce.
REDUCIR UNA PROTEÍNA MEJORA LA MEMORIA
EN UN MODELO EXPERIMENTAL
El equipo planteó la hipótesis de
que podrían retrasar el proceso de la enfermedad al reducir los gránulos de
estrés y disminuir esta persistente respuesta al estrés al rebajar
genéticamente TIA1 (una proteína que se requiere para la formación de gránulos
de estrés). La reducción de TIA1 mejoró la salud de las células nerviosas y
produjo sorprendentes mejoras en la memoria y la esperanza de vida en un modelo
experimental de enfermedad de Alzheimer.
Aunque los modelos experimentales
tenían mejor memoria y vidas más largas, el equipo observó más tau agrupados en
forma de ovillos neurofibrilares. Para explicar cómo esto podría estar
vinculado con un mejor resultado, los autores analizaron el tipo de patología
tau y mostraron que la reducción de TIA1 disminuyó drásticamente la cantidad de
pequeños grupos de tau, que se denominan oligómeros y son particularmente
tóxicos.
"La reducción de TIA1
desplazó la acumulación tau de grupos pequeños a grandes, disminuyendo la
cantidad de pequeños grupos tau y produciendo un aumento proporcional en los
grandes grupos tau que generan ovillos neurofibrilares y son menos tóxicos",
afirma el autor correspondiente Benjamin Wolozin, profesor de farmacología y
terapéutica experimental en BUSM.
"Esta capacidad de
reducción de TIA1 para proporcionar protección abre un nuevo capítulo en
nuestra comprensión de la biología de la enfermedad de Alzheimer y también
sugiere nuevas vías para la farmacoterapia para esta enfermedad y otras
tauopatías", concluye Wolozin.
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