Nuevos datos para una vieja cuestión. ¿Son iguales los
cerebros de mujeres y hombres? Y si no lo son, ¿dónde, exactamente, residen las
diferencias?
Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Maryland acaban de aportar nuevas pistas. Y éstas confirman que, efectivamente,
el cerebro de "ellas" no es del todo igual al de "ellos".
El equipo de investigadores (integrado por más mujeres que hombres) ha
descubierto, en efecto, un delicado y hasta ahora desconocido mecanismo cuya
finalidad es "esculpir" el desarrollo cerebral de los andrógenos, los
esteroides sexuales masculinos, que condicionan en una buena parte su
comportamiento.
La investigación, llevada a cabo con ratones, dirigida por
Margaret M. McCarthy y recién publicada en la revista Neuron, podría a partir
de ahora ayudar a los investigadores a comprender mejor cuáles son las
diferencias del desarrollo del comportamiento entre hombres y mujeres. Los
hombres, por ejemplo, suelen dar muestras de una mayor agresividad y prefieren,
en gran medida, los juegos más rudos.
"Ya sabíamos que los cerebros de machos y hembras son
diferentes - explica McCarthy- y que la testosterona producida durante el
segundo trimestre de embarazo en humanos y durante la gestación tardía en
roedores contribuye a esas diferencias. Pero no sabíamos cómo la testosterona
logra producir estos efectos".
Una pieza clave que distingue a hombres y mujeres en cuanto
a su comportamiento de juego es la diferencia en el número de nuevas células
nacidas en la amígdala, una zona cerebral que controla las emociones y los
comportamientos sociales. La investigación mostró que los ratones macho tienen
menos de estas células recién nacidas, ya que son eliminadas activamente por
las células inmunes, algo que en los ratones hembra no sucede.
Consumo de cannabis
Durante su experimento, los investigadores comprobaron que
en las hembras, estas células recién nacidas suelen transformarse en células
gliales, las más abundantes en el sistema nervioso central. Pero en los machos,
la testosterona incrementaba la señalización de los receptores cerebrales que
se unen a los endocannabinoides, lo que hacía que las células inmunitarias se
activaran.
De este modo, los endocannabinoides incitaron a las células
inmunes de los machos a eliminar las células recién nacidas. Durante el
estudio, los ratones hembra no se vieron afectados por este sutil mecanismo, lo
que sugiere que la activación de las células inmunes por el aumento de
endocannabinoides en los machos era necesaria para la eliminación celular. En
este sentido, la investigación muestra que el consumo de cannabis, que estimula
los endocannabinoides en el cerebro y el sistema nervioso, podría afectar el
desarrollo cerebral del feto, y que ese impacto podría ser diferente en los fetos
masculinos y los femeninos.
En resumen, el estudio proporciona un mecanismo concreto
para explicar las diferencias entre mujeres y hombres en sus comportamientos sociales.
Y sugiere que las diferencias en la señalización de andrógenos y
endocannabinoides pueden contribuir a las diferencias individuales en el
desarrollo del cerebro y, por lo tanto, también a las diferencias de
comportamiento entre ambos sexos.
Fuente obtenida de : https://www.abc.es
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