martes, 5 de diciembre de 2017

¿Porque algunos tienen el lóbulo de la oreja pegado a la cara?


Una de las formas más típicas de enseñar el poder de la genética es mirarse a uno mismo en busca de rasgos hereditarios. El pico de pelo que aparece en la frente (o no), la dirección del remolino del cabello de la cabeza... Se suelen considerar como rasgos (fenotipos) cuya herencia es mendeliana, es decir, depende de los alelos  de un solo gen. Y si no se lo cree pruebe a fijarse en su forma de cruzar los dedos de las dos manos. Si lo hace sus dos pulgares estarán en contacto y su dedo índice derecho o izquierdo estará por encima del otro. Ahora, si prueba a cruzar la mano de modo que sea el otro índice el que esté por encima del primero, verá que se le hace muy extraño. Esto ocurre porque ha heredado una forma predilecta de cruzar los dedos.

Se supone que otro de estos rasgos que se heredan y dependen de un solo gen es el lóbulo de la oreja: algunas lo tienen pegado a la cara y otros separado. Sin embargo, un estudio reciente ha descubierto que es mas complicado. Este rasgo es producto, al menos, del funcionamiento de 49 genes.

«A veces, la genética de un rasgo sencillo es bastante complicada», ha dicho en un comunicado John R. Shaffer, investigador de la Universidad de Pittsburgh,coautor del estudio. En el caso de las orejas, ha explicado que si se comprende la genética del lóbulo «podemos trabajar en tratamientos para enfermedades hereditarias, muchas de las cuales tienen consecuencias en el lóbulo, como ocurre con el síndrome Mowat-Wilson». Que deforma las orejas de los afectados y está relacionado con otras alteraciones del desarollo facial e intelectual.

La investigación ha sido posible gracias a un análisis genético realizado con muestras de al menos 75.000 participantes, y recogidas en con la colaboración de Reino Unido, China y la empresa «23andMe Inc.».

En esta ocasión, en concreto, los investigadores tomaron muestras de 10.000 personas, analizaron si tenían el lóbulo pegado o separado de la cara y rastrearon el pasado de malformaciones congénitas en la familia.

Después, en cooperación con «23andMe Inc.» accedieron a los datos genéticos de 65.000 personas más, quienes también dijeron cómo era su lóbulo. Gracias a estos análisis masivos, los investigadores descubrieron que 49 genes están fuertemente implicados en la forma de los lóbulos.

Los autores han explicado que lo descubierto es un buen ejemplo de cómo un rasgo heredable sencillo es resultado de la interacción entre una gran cantidad de genes y de un proceso que los genéticos están comenzando a comprender. «Sabemos que hay 49 genes que afectan a la forma del lóbulo, pero no sabemos cómo funcionan juntos ni cómo interaccionan», ha dicho Eleanor Feingold, coautora del estudio. «Descubrirlo es el siguiente paso».

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