El programa del VHIO supone la continuación del convenio anterior con la Fundación BBVA, centrada en biomarcadores tumorales. Iniciado en 2013, el proyecto ha terminado en junio de este año, y ha permitido desarrollar nuevas líneas de investigación en medicina personalizada y de precisión. Esta disciplina, en alza en los principales centros de investigación del mundo, permite definir los perfiles moleculares de cada paciente y de cada tumor: los biomarcadores han permitido crear un mapa complejo sobre las peculiaridades de cada paciente.
Esta precisión hace que sea posible elegir mejor el fármaco que hay que administrar en cada caso, y solucionar el principal problema de la inmunoterapia convencional: en un 70% de los casos de cáncer, el organismo no activa el sistema inmunitario, con lo que este no identifica las células tumorales como enemigas y no las combate. El objetivo del nuevo programa es crear fármacos que ayuden a los linfocitos T a detectar las células malignas que han conseguido esconderse.
Esta manera de luchar contra el cáncer no es nueva, aunque sigue siendo muy revolucionaria, puesto que año tras año se consigue más precisión en el desarrollo de fármacos personalizados según el sistema inmunitario de cada paciente y según cada tipo de tumor. Las primeras investigaciones sobre inmunoterapia contra el cáncer se empezaron a finales del siglo XIX, aunque la complejidad de la disciplina ha hecho que se avance despacio, pero de manera muy significativa. Además, el desarrollo de la quimioterapia y la radioterapia ha apartado durante muchos años a la investigación sobre la respuesta inmune.
Sin embargo, el éxito de la inmunoterapia está siendo un gran avance en la lucha contra el cáncer, y por una simple razón: los linfocitos tienen memoria, y por lo tanto, si un fármaco les ayuda a detectar tumores escondidos este aprendizaje durará años, y conseguirá aumentar la supervivencia de los pacientes. Además, la principal ventaja de esta disciplina es que no se dedica a tratar un tipo concreto de célula tumoral, sino a estimular el sistema defensivo de cada paciente, con lo que puede responder a tipos de tumores distintos.
"Ya estamos viendo los primeros resultados en los melanomas", ha asegurado Elena Garralda, investigadora principal del Grupo de Desarrollo Precoz de Fármacos del VHIO. La inmunoterapia ya funciona con mucho éxito en los tumores que se inflaman ante el sistema inmunitario, y que despiertan su respuesta. Estos son, además del melanoma, los tumores renales, los cánceres de vejiga y algunos de pulmón. Pero el programa se centrará en los tumores "fríos", según ha detallado Alena Gros, investigadora principal del Grupo de Inmunoterapia e Inmunología de Tumores. Los "fríos" son los que se esconden de los agentes inmunes, y son también los más extendidos: cáncer de mama, algunos cánceres de pulmón o algunos del sistema gástrico.
La inmunoterapia ha demostrado ser un tratamiento menos agresivo que las otras terapias convencionales, y es más tolerado por los pacientes. Hasta ahora, el VHIO ha tratado entre 500 y 600 pacientes al año con los fármacos más innovadores, y a otros 600 con los más establecidos. A partir del nuevo programa, el centro de investigación pretende llegar a más de 1.000 pacientes al año y difundir los descubrimientos a otros centros de tratamiento contra el cáncer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario