martes, 19 de diciembre de 2017

El animal con 200 ojos que podrás comerte estas navidades.

Un investigador ha descubierto que las vieiras tienen una visión muy compleja que recuerda a la óptica de un telescopio de espejos.


Con las Navidades arracan los festines de marisco y con ellos llega un espectáculo no apto para aprensivos, cuando los comensales dan buena cuenta de los animales: se abren conchas, se comen patas y se arrancan cabezas. Entre los desgraciados que lo sufren en sus carnes están las vieiras, unos bivalvos parientes de almejas y ostras que se caracterizan por tener hasta 200 ojos. ¿Qué harían las vieiras si pudieran ver lo que les espera? Probablemente tratarían de huir nadando.
Una investigación publicada recientemente en la prestigiosa revista "Science", y elaborada por científicos de la Universidad de Lund (Suecia) y del Instituto Weizmann de Ciencia (Israel), bajo la dirección de Benjamin Palmer, ha estudiado los ojos de estos animales. Por primera vez han podido analizar su estructura con gran precisión gracias a una nueva técnica de microscopía. Así, han concluido que funcionan de una forma muy similar a la de un telescopio de reflexión, donde hay varios espejos para enfocar la luz.
Desde los años sesenta se sabe que las vieiras, al igual que algunos crustáceos y peces de las profundidades, tienen espejos dentro de cada uno de sus ojos. Estos dirigen la luz del exterior hacia sus retinas, la parte del sistema nervioso que traduce la luz en señales eléctricas. Mientras tanto, otros animales, como el hombre, enfocan las imágenes a través de lentes. Por cierto, cuando en el hombre la lente o cristalino "se estropea", aparecen problemas como la miopía.

Una sofisticada técnica de microscopía, capaz de congelar las muestras de los ojos de las vieiras de una forma muy rápida para que no pierdan su forma, le ha permitido a los investigadores poder estudiar en profundidad el funcionamiento de lo ojos de estos animales. Esto, junto a potentes técnicas de computación, ha llevado a hacer interesantes descubrimientos sobre la peculiar visión de las vieiras.
En el fondo de los ojos de estos animales hay un sistema cóncavo de espejos. Están compuesto de cristales de guanina, un material muy reflectivo que está presente también en las escamas de los peces o de camaleones. Tal como han podido observar ahora, en las vieiras estos cristales se colocan como si fueran azulejos, y forman una superficie lisa que disminuye las aberraciones de las imágenes reflejadas. El fundamento es el mismo que usan los telescopio de reflexión como el James Webb, que se lanzará al espacio en 2019, o el Gran Telescopio Canarias.

Los espejos dirigen las imágenes hacia dos retinas que están apiladas. Se sabía que la superior está especialziada en detectar sombras, y que es la que le permite al animal detectar a un posible depredador y emprender la huida nadando. La función de la retina inferior era un misterio.
Después de haber podido analizar con gran detalle la forma de los ojos, los científicos han podido usar modernas técnicas de computación para deducir la posible función de esta otra retina. Así, han concluido que su cometido es captar imágenes, no solo sombras, y proporcionar una visión periférica con luz tenue.
Creen que las vieiras podrían tener un sistema nervioso diseñado para sumar la información captada por los centenares de ojos del animal y construir una sola imagen de los alrededores. Los científicos creen que esto le permitiría al animal guiarse mientras está nadando y distinguir qué cosas de los alrededores están quietas o se mueven.
Según los autores de este trabajo, el estudio no solo demuestra la considerable complejidad del sistema visual de las vieiras, sino que además podría ayudar a crear dispositivos ópticos inspirados en él. De hecho, algunos telescopios están "bio-inspirados" en la refinada óptica de los animales. Sea como sea, seguro que si estas Navidades decide comerse una vieira, habrá cambiado su visión acerca de él.


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