Son capaces de contraerse y de expandierse en función del voltaje que circula por unos filamentos. Esto supone un paso más en la investigación de biomateriales con aplicación médica.
Desde hace algunos años los físicos y los biólogos han decidido unir sus fuerzas para producir materiales sintéticos que aprovechan algún diseño o algún componente ya presente en la naturaleza. Su aplicación más directa es la medicina, y de momento las innovaciones van desde las córneas artificiales, a las válvulas o marcapasos para el corazón, pasando por los geles que actúan como andamios y que permiten guiar la cicatrización de grandes heridas en la piel.
En la Universidad de Taiwán, ha dado un paso más allá en la investigación de los biomateriales, con el desarrollo de un músculo artificial a partir de células de cebolla. Este diseño, que ha sido presentado esta semana en el la revista «Applied Physics Letters», es capaz de contraerse o de expandirse cuando se aplica una corriente eléctrica.
«El objetivo inicial era desarrollar una microestructura en músculos artificiales que incrementara su capacidad de contraerse o estirarse». Como resultado, han conseguido crear un «músculo artificial» quepuede contraerse o expandirse en diferentes direcciones dependiendo del voltaje aplicado con una pequeña pila, a diferencia de los diseños anteiores, que solo podían hacerlo en un sentido.
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