Los medicamentos dañan a los microbios que cuidan nuestra salud
"La
diversidad bacteriana está relacionada con una mejor salud y fármacos como
antibióticos o antidepresivos reducen esa diversidad"
Nuestro
cuerpo es una
gigantesca colonia para todo tipo de microbios. Se estima que cada
persona alberga en su interior un kilo de ellos, principalmente bacterias, de
1.200 especies distintas. Estos son en su mayoría benignos y muchas veces
necesarios. Se sabe que las bacterias intervienen en la digestión de alimentos,
en la producción de proteínas o en la modulación del sistema inmune, todas
funciones con gran relevancia para la salud.
Una amplia
serie de estudios que hoy publica la revista Science muestra
con datos que hay una relación entre la diversidad de los microorganismos que
se encuentran en el intestino y la salud. Ese mismo análisis ha producido una
segunda conclusión llamativa: los medicamentos, como antiácidos, antibióticos o
antidepresivos, son el primer factor que afecta a la diversidad microbiana.
Los
resultados provienen de los dos mayores estudios publicados hasta la fecha
sobre el microbioma, uno en
Bélgica y otro en
Holanda, que en total han analizado el contenido de las heces de casi 4.000
personas. Con este trabajo se han identificado 14 grupos principales de
microorganismos que están presentes en el 95% de las personas, pero muestra la
complejidad del ecosistema identificando 664 grupos más. Uno de los aspectos
interesantes de los trabajos, liderados desde el Instituto Flamenco para la
Biotecnología (VIB), en Bélgica, y la Universidad de Groninga, en Holanda, es
que se han realizado de manera independiente y, pese a eso, han obtenido
resultados similares.
Entre los
muchos parámetros analizados, además del impacto del uso de medicamentos sobre
la diversidad microbiana, se han encontrado relaciones entre esa diversidad y
la dieta. Las personas que consumían yogur con regularidad, tenían una flora
intestinal más variada, algo que también sucedía con el consumo de vino o café.
En el lado contrario, tomar leche entera o comer demasiado producía el efecto
opuesto. El macroanálisis belga, liderado por Jeroen Raes, investigador del
VIB, observó también una relación “pequeña, pero significativa”, entre la
composición del microbioma y el índice de masa corporal, y confirmó la relación
entre algunos microbios y enfermedades como el cáncer colorrectal o la colitis
ulcerosa. Los científicos vieron también que problemas de salud, como un ataque
al corazón, estaban relacionados con una reducción en la presencia de algunas
bacterias.
Un resultado
que ha llamado la atención de los investigadores es que experiencias durante
los primeros meses de vida, como el nacimiento
con o sin cesárea o mamar o no, no influían en la composición de la
microbiota. Una relación más previsible fue la que se encontró entre muchos
aspectos de la dieta occidental, como la abundancia de calorías y
carbohidratos, los snacks o la leche entera, y la baja diversidad microbiana.
Estudios anteriores ya habían observado que las tribus con modos de vida
primitivo tenían una variedad de bacterias mucho mayor. En este apartado, los
yanomami, un grupo de indios amazónicos, son los humanos con el
microbioma más diverso.
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