Cuatro nuevos tipos de células de la sangre revolucionan la inmunología
"Gracias a técnicas genéticas, se ha logrado identificar subtipos de glóbulos blancos nunca definidos hasta la fecha."
En la sangre humana existen multitud de células, cada una con una función determinada y necesaria: los glóbulos rojos o hematíes, los glóbulos blancos o leucocitos y las plaquetas. Precisamente este segundo grupo, los leucocitos, son los más diversos, ya que son los representantes del sistema inmune del cuerpo humano. Entre ellos podemos encontrar linfocitos, monocitos, neutrofilos, basófilos o eosinófilos.
Cada uno de estos tipos de leucocitos o glóbulos blancos aumentan en cantidad según la situación: en una infección por un virus -como la gripe o el resfriado común, a través de la alergia...
Hasta ahora se creía que todos los tipos de leucocitos estaban registrados y sus funciones bien conocidas. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Science afirma que no: existen cuatro tipos de células sanguíneas, leucocitos o glóbulos blancos, jamás vistas hasta ahora.
Hasta ahora, las células de la sangre se identificaban según las proteínas de su superficie, una técnica que podía dar lugar a errores, ya que si se trata de una célula rara puede pasar desapercibida. Ahora, los investigadores han usado una nueva técnica basada en la genómica: han analizado detalladamente los diferentes genes de cada célula de la sangre.
Gracias a dicha técnica se han identificado cuatro clases de glóbulos blancos diferentes: dos nuevas células dendríticas y dos nuevos monocitos.
Por un lado, las células dendríticas tienen como misión conectar el sistema inmune "innato" -las defensas de la piel y otras membranas- y el sistema inmune "adaptativo" -sistema especializado que mejora cada vez que se sufre una infección, recordandóla para poder vencerla de nuevo-. En este caso las células dendríticas cogen un "trozo" del microorganismo que causa la infección y se lo "enseñan" a otras células del sistema inmune, las células T, con el objetivo de "educarlas" para que puedan cazar y matar al microorganismo causante de la infección.
Por otro lado, los monocitos son un tipo de glóbulo blanco cuya misión, esencialmente, es acabar convirtiéndose en otro tipo de célula: los macrófagos, células responsables de "comerse" y "digerir" los microorganismos, para posteriormente expulsarlos fuera del cuerpo humano.
Por el momento los investigadores tan solo pueden afirmar que han descubierto estos nuevos tipos de células inmunes o glóbulos blancos, pero no han podido averiguar cuál es la función de dichas células en el cuerpo humano.
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