Ante la falta de apoyo financiero y político de sus mayores valedores públicos hasta el momento,la Generalitat de Cataluña y el Gobierno español, el genio hellinero abandona el "Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona" (CMRB).
A priori, parece una mala noticia. Pero el problema es aún mayor: el científico se lleva consigo 18 de los 21 proyectos científicos que se estaban teniendo lugar en el centro. El científico que presta apellidos a nuestro instituto, que tantas alegrías había otorgado al mundo científico con sus avances pioneros en materia de Medicina Regenerativa, provoca la caída de uno de los mejores centros científicos del mundo, que si bien no cerrará al instante tras su despedida, es probable que lo haga en los próximos meses.
Izpisúa, parece ser, exigía una serie de requisitos de calidad que para sus respaldos financieros eran indigeribles. Los 1,5 millones que éstos prestan al centro, la mayor parte de ellos destinados a mantener en pie la arquitectura del edificio, parecen ahora desaprovechados, contando que el centro es el mismo, pero no es el mismo. La sangre ya no corre por sus venas: su corazón se ha marchado para siempre.
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