lunes, 20 de enero de 2014

ABORTO, CIENCIA E IDEOLOGÍA

Ningún Gobierno tiene competencia para intervenir con sus leyes en todos los ámbitos de la vida personal. Los datos científicos y no los ideológicos dicen cómo funciona la biología corporal humana. Este funcionamiento es el que es y ningún Gobierno con sus leyes puede alterar la estructura biológica y sus formas naturales de comportarse.
En las argumentaciones de los que niegan o afirman el derecho a abortar apenas hay referencias a la biología protagonista del embarazo.
En la génesis biológica de lo engendrado, en la fase inicial, están los gametos masculino y femenino; después el cigoto, la primera célula compuesta del futuro embrión y el blastocito, el comienzo del proceso de la gestación. Naturalmente hay vida, pero en un estado informe, biológicamente elemental, simple. El proceso tiene que avanzar todavía mucho para que la organización biológica tenga la consistencia propia de un viviente individual.
A propósito de la existencial y como cierta antropología explica el asunto, se trata de una estructuración orgánica del aparato psíquico sapiens capaz de devenir en su momento función específicamente racional, humana. Para esto último, es indispensable cierta cerebración y la aparición del neocórtex, sin lo cual no hay principio de unidad individual de modo que el embrión no tiene base biológica suficiente para subsistir con la organicidad somática necesaria que permita hablar de un viviente humano.
Estoy francamente preocupada por la ley del aborto. Siempre he creído que la única manera duradera de resolver un conflicto es intentando comprender lo que hace a tu opinión diferente de la otra. A pesar de que entienda que otros creen que existe vida que debe ser defendida desde el mismo momento en el que se concibe, comprendo que hay muchas formas de entenderlo.
Todos estamos de acuerdo en que acabar con la vida de una persona que ha nacido o de un bebé que se lleva gestando durante ocho meses es un asesinato. Es decir, el hecho de no haber nacido, no es suficiente para distinguir si se trata de asesinato o no.
Entonces, ¿a partir de qué momento se puede considerar que el feto es una persona indefensa, como cualquier bebé, que debe ser defendida? No existe consenso para estas preguntas porque es una cuestión moral, que depende de cada cual. No existe un momento determinante en el que se pueda acordar que, entonces, estamos hablando de una persona.
Por eso comprendo que hay muchas mujeres que creen que el proceso de gestación es algo que podría dar lugar a una vida, pero que aun no lo es, y que puede ser detenido para evitar traer al mundo a alguien a quien no quieren o no podrían cuidar.

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