Existen determinadas enfermedades genéticas asociadas a alteraciones de las mitocondrias. Las mitocondrias son pequeñas estructuras celulares encargadas de generar la energía requerida para que nuestros cuerpos funcionen adecuadamente. Se sitúan fuera del núcleo celular, que como se sabe es el que contienen la mayor parte del ADN. Las mitocondrias tienen su propio ADN, aunque éste únicamente representa el 0,1 % del ADN celular.
Cuando el ADN mitocondrial es defectuoso, las mitocondrias no funcionan adecuadamente y consecuentemente no producen suficiente energía, lo que da lugar a las enfermedades mitocondriales.
Existen distintos defectos genéticos que pueden causar enfermedades mitocondriales, lo que condiciona la severidad de las mismas. Aunque ésta depende fundamentalmente de que órganos sean afectados, pues pueden serlo el corazón, el estómago, los intestinos o el cerebro. Desde un punto de vista clínico la importancia de las enfermedades mitocondriales varía desde débiles a extremadamente graves, e incluso algunas de ellas pueden causar la muerte de los niños afectados.
Por el momento no existe un tratamiento eficaz para las enfermedades mitocondriales, que únicamente pueden ser tratadas sintomáticamente, pero no curarlas.
Cuando una mujer es portadora de una de estas alteraciones mitocondriales puede trasmitir la enfermedad a sus hijos. Para prevenir dicha trasferencia se utilizan actualmente dos técnicas de transferencia mitocondrial , la “Maternal Spindle Transfer (MST)” y la “Pro Nuclear Transfer (PNT)”. En la MST se utilizan óvulos de una mujer sana, que son enucleados (así se le extrae el 99,9% de su ADN celular). Esta es la mujer donante. En este ovocito enucleado se mantienen sus mitocondrias sanas. Seguidamente a un óvulo de la mujer enferma se le extrae el núcleo, que se inserta en el ovocito enucleado de la mujer sana. El ovocito producido, en el que ya no existe la alteración mitocondrial, se fertiliza y se implanta en el útero de la madre, usando el mismo proceder técnico seguido en la fertilización in vitro.
El PNT difiere del MST en que primero se fertiliza el óvulo de la mujer que sufre la alteración mitocondrial y posteriormente se transfiere su núcleo al óvulo de la donante, también fertilizado, que previamente ha sido enucleado y que contienen las mitocondrias sanas. El óvulo fertilizado, ya sano, se implanta en el útero de la madre, de la misma forma que se hace en la MST.
Pero esta práctica médica, la trasferencia mitocondrial, trasciende los aspectos clínicos para incluir problemas sociales y éticos. Gran Bretaña es el país pionero en tratar de regular legalmente la transferencia mitocondrial . Durante al menos tres años la “Human Fertilisation and Embryology Authority, HFEA”, responsable de controlar la reproducción asistida en el Reino Unido, ha estado evaluando el potencial uso clínico de estas técnicas.
Dado que la MST y la PNT alteran las líneas germinales, las autoridades sanitarias del Reino Unido quieren promover leyes que regulen estas prácticas. Por ello, la HFEA manifiesta que, dado que existen aspectos no bien definidos sobre estas técnicas, existe la necesidad de adquirir suficiente evidencia sobre la seguridad y eficacia de las mismas para poder aplicarlas en el campo clínico. Como se comenta en Nature Medicine (20; 451-452-14) el pasado mes de mayo, el Parlamento británico debatirá pronto este tema, animado por el apoyo que le proporciona un Comité de Expertos de la HFEA, de reconocido prestigio. Así pues, deberemos esperar, posiblemente unos meses, para conocer las conclusiones definitivas de dicho debate.
Contrariamente, en Estados Unidos, no existe regulación legal para muchas prácticas de reproducción asistida y entre ellas para la manipulación mitocondrial.
Pero como se sabe, estas técnicas pueden afectar a las líneas germinales por lo que, la “US Food and Drug Administration (FDA)” ha decidido estudiar el problema. En febrero de este mismo año 2014 promovió una reunión científica para evaluar si existen evidencias médicas que puedan apoyar el uso clínico de la MST y PNT para prevenir la trasmisión de enfermedades mitocondriales. Aunque los aspectos éticos de estas prácticas fueron ampliamente debatidos, la principal conclusión era que el uso de estas técnicas requiere aumentar las experiencias preclínicas, diseñar adecuados ensayos clínicos, evaluar los potenciales riesgos para la salud de los participantes incluidos en estos ensayos y también como mitigar los riesgos asociados a la manipulación mitocondrial. En resumen, el Comité de Expertos de la FDA, concluía que es conveniente poner en marcha ensayos clínicos especialmente controlados que aporten más datos experimentales y clínicos, que aseguren que estas técnicas no tienen peligros para los pacientes. Para ello, sugieren tres aspectos a considerar: Primero, no existen evidencias preclínicas convincentes para saber la seguridad a largo plazo del MST y del PNT. Segundo, no se han realizado pruebas experimentales en animales para mostrar la eficacia en la prevención de las enfermedades mitocondriales en los descendientes. Tercero, algunas mutaciones mitocondriales pueden ser trasmitidas a las células sanas durante el proceso de trasferencia nuclear. Todo ello debería ser aclarado previamente al uso clínico de la transferencia mitocondrial.
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente referido parece necesario evaluar algunas cosas antes de iniciar la transferencia mitocondrial en ensayos clínicos en humanos. Lo primero sería seleccionar a aquellas mujeres a las que se piensa que les pudieran ser útiles estas técnicas, dada la gran variabilidad de las anomalías mitocondriales, por lo que parece difícil predecir qué mujeres podrían beneficiar y cuales no, pues las que padecen una alteración importante de las mitocondrias, aunque estén suficientemente sanas para poder quedarse embarazadas, posiblemente sean las que menos posibilidades tienen de que la trasferencia mitocondrial sea útil, ya que gran parte de los embriones producidos pueden estar alterados. En todo caso, se requieren más datos sobre el desarrollo fetal y su evolución a largo plazo tras el nacimiento, antes de aplicar estas técnicas en la clínica de una forma eficiente y segura. Según los expertos la FDA norteamericana se debieran revisar todos estos temas en los próximos años.
Resumiendo, parece que la trasferencia mitocondrial es una técnica que todavía debe ser evaluada en profundidad antes de ser utilizada en la clínica humana y adicionalmente, también tendrán que evaluar lo problemas éticos asociados a ellos.
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