Nueva vía para regenerar corazones infartados con células madre
Imágen de células madre cardiacas humanas empleadas en la fase de experimentación previa en ratones. |
La estrategia empleada hasta ahora, que usaba como materia
prima de la terapia a células madre del propio paciente, obligaba a esperar
entre cuatro y ocho semanas para poder procesarlas y tratar al enfermo. Los
investigadores han recurrido a células obtenidas de donantes, que pueden ser
almacenadas y, así, disponer de ellas en el momento idóneo, entre los 5 y los
diez días después del infarto, para inyectarlas a través de la red vascular, de
forma que colonicen la zona afectada, impulsen la producción de nuevo tejido y
mejoren la función cardiaca.
De momento, ya se han tratado siete personas cuya evolución
es “muy favorable pese a que presentaban una grave afectación del tejido
cardiaco”.
La respuesta en la atención al infarto, la primera causa de
muerte en hombres, ha evolucionado hasta reducir los fallecimientos del 15%
hace 15 años al 5% actual en las áreas de salud con mejor respuesta. Sin
embargo, lo más frecuente es que los pacientes desarrollen una insuficiencia
cardiaca que les acompañará toda la vida y, en muchas ocasiones, de mal
pronóstico, que obligará a reingresos continuos.
De ahí la esperanza que levantó el tratamiento con células
madre para evitar o reducir las lesiones que provoca el infarto de miocardio.
Pero la terapia regenerativa no es siempre eficaz. Si se aplica de forma
inmediata al episodio cardiaco, la inflamación mata a las células regeneradoras
trasfundidas. Si se aplica demasiado tarde, la cicatriz ya se ha consolidado. Existe
una ventana que va del quinto al décimo día posterior al infarto. Este es el
momento en el que, aunque se hayan destruido las células musculares, “aún se
preserva la estructura extracelular que da soporte a las células”, por lo que
las células madre son capaces de regenerar el corazón, reducir la cicatriz y
prevenir una futura la insuficiencia cardiaca.
Pese a tratarse de células con un
perfil de compatibilidad distinto, los pacientes no han manifestado muestras de
rechazo a las células reparadoras trasfundidas.
Fuente: El País.
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