En un cuarto de hospital de Miami, médicos que llevan a cabo pruebas clínicas de células madre están tratando de cambiar el modo en que se trata a las víctimas de quemaduras.
Un par de médicos de la Universidad de Miami están al frente de las investigaciones, financiadas por el Departamento de Defensa, para desarrollar nuevos tratamientos usando células madre de donantes para restaurar tejidos y reducir la cicatrización a largo plazo de las quemaduras. De tener éxito, el tratamiento podría revolucionar el tratamiento de las quemaduras por medio de reducir la necesidad de operaciones reconstructoras de injertos de pacientes. Las quemaduras, causadas comúnmente por equipos explosivos improvisados (IED), las quemaduras representan del 5 al 20 por ciento de las lesiones de combate, según un vocero del Ejército de EEUU. Y, en el mundo civil, alrededor de 450,000 pacientes reciben anualmente tratamiento para quemaduras en hospitales y salas de emergencia, según la Asociación de Quemaduras de EEUU (American Burn Association).
“El beneficio de esta terapia sería tener una tecnología ‘lista para usar’ disponible para el tratamiento de lesiones por quemadura relacionadas con la vida militar que no necesitarían de injertos de piel”, dijo la doctora Wendy Dean, asesora médica de la Oficina del Programa de Medicina de Lesiones y Regeneración de Tejidos de la Agencia de Desarrollo de Material Médico del Ejército de EEUU. “Una de las solicitudes más urgentes tanto de pacientes de quemaduras como sus médicos es eliminar la necesidad de injertos de piel”.
Los pacientes que participarán en el estudio provendrán del Centro de Quemaduras de la Universidad de Miami/Jackson Memorial, la mayoría de los cuales tienen quemaduras profundas de segundo grado. Para el estudio, la quemadura se cubre con una ligera venda protectora. Células madre mesenquimatosas, extraídas de la medula ósea de donantes adultos, son inyectadas entonces en la lesión por debajo de la venda para regenerar las capas externas e internas de la piel.
Los pacientes recibirán tratamientos cada dos semanas. Cuántos tratamientos serán necesarios para reconstruir la piel es una de las preguntas centrales del estudio.
Las células madre mesenquimatosas se cultivan en el laboratorio por entre cuatro y seis semanas, y luego se almacenan en un congelador a -80 grados Fahrenheit hasta que se usen para el tratamiento.
A medida que las quemaduras van sanando, los médicos tendrán que ir evaluando su apariencia física y funcionalidad— si la piel se estira normalmente, si tiene un rango de movimiento completo sobre las articulaciones — más la calidad de vida, relacionada con la picazón, la regulación de la temperatura y el dolor.
“El estudio es magnifico porque en estos momentos tenemos muy poco que ofrecer a los pacientes con quemaduras profundas de segundo y tercer grado, fuera de los injertos de piel”, dijo el doctor Carl Schulman, director del Centro William Lehman de Investigacion de Lesiones de UM, quien está trabajando con Badiavas en el estudio. “Tenemos la esperanza de modular el proceso de curación, hacer que las lesiones sanen mejor. Nuestra esperanza es que podamos, para las lesiones más profundas, evitar la cirugía o reducir las cicatrices con este tratamiento”.
El interés de Badiavas en las células madre hizo que el trabajar en un estudio fuera un paso natural. Badiavas, que es dermatólogo, investigó las funciones y aplicaciones de las células madre en la Universidad de Brown, incluyendo un estudio clínico en el 2003. Él vino a la Universidad de Miami — por segunda vez — cinco años después.
“Yo siempre he estado interesado en las células madre de la medula ósea, y el hecho de que una sola célula de la médula ósea puede producir todas las células sanguíneas del cuerpo, de modo que tiene una increíble capacidad de regeneración”, dijo. “Experimentalmente, se puede tomar una sola célula y reconstruir todo un sistema sanguíneo… Hace varios años, yo empecé a sospechar que estas células pueden hacer mucho más que simplemente reconstruir la medula ósea”.
Pensando en eso, Badiavas y el doctor Dr. Peter Quesenberry de la Universidad de Brown diseñaron un experimento para explorar la manera en que se puede usar las células madre de la médula ósea para regenerar los tejidos dañados. Para el estudio, ellos trabajaron con pacientes cuyas lesiones, entre ellas úlceras de las piernas y escaras, que no se habían sanado en un año.
“Vimos algo de curación en todos los pacientes, pero fue un proceso largo. En algunos casos, demoró hasta un año. Heridas profundas y complicadas se sanaron dejando una cicatriz hundida, y mucho menos notable”, dijo Badiavas. “Comprobamos que las células madre reconstruyen tejidos. Ahora el asunto es ver cómo funciona con las quemaduras”.
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