El premio Nobel de Medicina advierte sobre los riesgos de ignorar los relojes biológicos del cuerpo
La vida en la Tierra no es constante a lo largo del día. Los animales, las plantas, incluso las bacterias tienen su actividad con un ritmo adaptado a las rotaciones de 24 horas del planeta. Cada célula tiene un reloj bioquímico interno que, gracias a la acumulación nocturna de ciertas proteínas y al deterioro de las mismas durante el día, asegura la regularidad de procesos tan importantes como el sueño o el hambre, en el caso de los animales.
Michael Young empezó sus experimentos con moscas , pero los científicos saben que estos relojes están presentes en todos los organismos multicelulares y también en microbios de una sola célula. Ahora, Young está centrado en descubrir qué papel juegan los relojes circadianos en la regulación del sueño humano.
Durante un acto en Madrid, Michael tuvo una entrevista en la que explicó todo lo descubierto acerca de este asunto; respondiendo a preguntas tan interesantes como:
¿puede ser distinto el funcionamiento del reloj en cada órgano?
¿Cómo podemos ajustar nuestros ritmos circadianos, por ejemplo después de un viaje en avión?
Podeis ver esta entrevista en el siguiente vídeo:
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