domingo, 14 de enero de 2018

Los perros y las peligrosas ingestas de chocolate en navidades.



Los veterinarios saben desde hace tiempo que dar chocolate a los perros puede provocarles vómitos, aumento del ritmo cardíaco, agitación y convulsiones. El motivo es que esta golosina tiene teobromina, un estimulante similar a la cafeína sumamente perjudicial para los canes. Pero es en estas fechas de navidad cuando los dulces de las celebraciones festivas están más al alcance de las mascotas, que pueden «robarlos» de las mesas en un descuido. También puede ocurrir que los dueños, los niños o las visitas sean más indulgentes, sin saber que su gesto de cariño puede acabar en tragedia.

Investigadores de la británica Universidad e Liverpool advierten en la revista Vet Record de un «pico significativo» en el riesgo de intoxicación con chocolate en los perros durante el período navideño. Por eso, señalan que los dueños deben ser conscientes de los peligros de esta ingesta.

Los científicos analizaron los registros de 229 prácticas veterinarias del Reino Unido entre 2012 y 2017 motivadas por consultas relacionadas con la exposición al chocolate en Navidad, Pascua, San Valentín y Halloween. Después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad, el sexo y la raza del perro, se incluyeron 386 casos de 375 animales.

Uno de cada cuatro casos (101, 26%) se presentó dentro de la primera hora tras comer chocolate y más de la mitad (217, 56%) dentro de las seis primeras horas. La mayoría de los perros tuvieron vómitos, seguidos de una frecuencia cardíaca por encima de 120 latidos por minuto. Los signos neurológicos (agitación, inquietud) fueron poco frecuentes y no se informaron de convulsiones en ningún caso. Por fortuna, ninguno de los signos clínicos vistos se consideraron potencialmente mortales.


Los cachorros, más golosos:

Y parece que los cachorros son los más golosos, porque la exposición al chocolate fue menos común en perros mayores (de 4 a 8 años o más) que en los menores de 4 años. Ninguna raza en particular se asoció con un mayor riesgo. Eso sí, la exposición al chocolate fue cuatro veces más probable en Navidad que en fechas no festivas.

Las fuentes de chocolate fueron barras y cajas, pastel de chocolate, licores, conejos de chocolate, figuritas de Santa Claus, calendarios de Adviento y adornos de árboles de Navidad. Afortunadamente, las dosis de chocolate a menudo eran pequeñas. En Semana Santa ocurre la excepción, cuando los perros acaban por encontrar los huevos de Pascua escondidos para regalar a los niños y se dan un peligroso festín.


La ingestión de chocolate tiene un patrón estacional único, concluyen los investigadores, por lo que los dueños deben estar atentos durante estos días a las golosinas que dejan al alcance de sus mejores amigos.

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