Normalmente lo que se suele creer al tener un bebé es que hay un 50% de posibilidades de que tengo un sexo u otro, pero realmente esto no es asi.
Como ya sabemos, todo humano presenta 23 pares de cromosomas en cada célula. Uno de estos pares de cromosomas es el que lleva la información relativa al sexo, siendo XX en caso de que sea mujer y XY en el del hombre. Las células sexuales sólo tienen un cromosoma. En el caso de la mujer al ser XX los óvulos serán siempre ´´X´´. En el caso del hombre, pueden ser el uno o el otro, pudiendo ser los espermatozoides ´´X´´ o ´´Y´´.
Lo normal es que pensemos que un bebé llevará la ´´X´´ o la ´´Y´´ dependiendo del azar. Pero esto no es asi por una cuestión relevante: los espermatozoides con carga cromosómica diferente no tienen las mismas características físicas y químicas. Rompiendo esto la teoría del azar. Si los espermatozoides fueran iguales se hablaria de suerte pero no es este el caso.
Un estudio en el que se investigaron a 210 familias con tres hijos
cada una lo demostró. Según la suerte, el azar, o el cálculo de
probabilidades del 50% la probabilidad de que los tres hijos de una
familia sean varones es de 1/8, es decir, un 12,5 %. La probabilidad de
que los tres hijos de una familia sean niñas es también de 1/8 (12,5%).
La probabilidad de que al menos uno de los tres niños de cada familia
sea de sexo diferente a los otros dos es de 6/8, el 75 % restante.
Si el sexo del bebé fuera determinado por el azar, de las 210
familias, 26,25 (1/8) familias deberían tener tres varones, otras 26,25
(1/8) deberían tener tres niñas y 157,5 (6/8) deberían tener dos hijos
de un sexo y uno del otro sexo. Siendo lo más lógico es que la
mayoría de las familias con tres hijos tengan hijos de diferentes sexos.
Sin embargo, los resultados fueron muy diferentes: 73 familias tenían tres niños, 69 familias tenían tres niñas y solo 68 familias pertenecían a la categoría en que había hijos de diferente sexo.
Esto es asi debido a la diferencia entre espermatozoides. El espermatozoide X es más grande, tiene mayor fuerza estática, es más lento, más resistente en condiciones adversas o ácidas y es más duradero y ´´paciente´´. El espermatozoide Y es más pequeño, rapido y numeroso y requiere condiciones mínimas de adversidad, alcalinas. Llega al objetivo antes pero muere rápidamente.
Esto quiere decir que, aunque el hombre es en cierto modo culpable
primero del sexo del bebé, porque uno de sus espermatozoides lleva el
segundo cromosoma, que será X o Y, no solo él quien
lo define, porque sus espermatozoides son diferentes y van todos juntos.
Si las eyaculaciones fueran selectivas y en una salieran solo
espermatozoides Y y en otra salieran solo espermatozoides X, entonces
sí, todo dependería del hombre. Pero no es así, en una eyaculación hay
espermatoizoides X y espermatozoides Y y lo que pase después depende de
lo que encuentren, o no, en el cuerpo de la mujer.
Una mujer ovula en el día 14 de su ciclo menstrual, si las relaciones
tienen lugar el día 12, para cuando ovule la mayoría de espermatozoides
vivos serán X. Los Y habrán llegado antes, pero a falta de óvulo habrán muerto la mayoría y será más probable que el bebé sea niña. Si las relaciones tienen lugar el día 14, llegan antes los Y, y es más probable que el bebé sea niño.
Pero eso no es todo, según la alimentación de la mujer, según el estrés,
sus costumbres, etc., parece que las condiciones que encuentran los
espermatozoides pueden ser diferentes. Si la mucosa es más bien
alcalina, ayuda a los Y. Si es más bien ácida, ayuda a los X.
Como conclusión final la madre es quien mas tiene que ver en el sexo del bebé. El padre es determinante, ya que lleva los dos cromosomas, pero es la madre la que ofrece el medio en el que se lleva a cabo la unión de los gametos. Según las condiciones que ofrezca y según cuándo sean, será más probable que el bebé sea niño o que sea niña.
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